“La cabeza, lastimosamente, ya estará en el cielo...”

El ecónomo de la Diócesis de Ciudad del Este, Ernesto Zacarías, dijo que el desorden económico con que se manejaba el fallecido obispo Rogelio Livieres fue la principal razón por la cual intervino el Vaticano. “Hicieron muchas cosas con las que nosotros no estamos de acuerdo, pero la cabeza, lastimosamente, estará en el cielo… falleció. No sé cómo podríamos denunciar a los demás, que no son responsables directos”.

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Zacarías señaló que en 2015 supieron que el camposanto San Marcos se había vendido a Domus SA y que, aunque en la Diócesis no constan los documentos, los dueños de la empresa los acercaron. También encontraron que se vendieron dos inmuebles del seminario por 500.000 dólares y un tercer inmueble, donde funcionaba una escuelita. “Estas ventas de tierras no deberían haber sido así, debieron hacerse públicamente, no a escondidas”, dijo.

La contadora Julia Riveros, por teléfono negó haber sido contadora de la Diócesis, aunque Zacarías dijo que ella ocupó ese cargo durante unos seis meses. Admitió que fue contadora de la parroquia Espíritu Santo y que el dinero entregado por Domus fue una donación para obras, pero dijo no recordar qué mejoras se introdujeron. Ayer nos echó de su oficina, amenazando con llamar al guardia.

El párroco de Espíritu Santo, Darío Britos, explicó que el total de la deuda de la iglesia con Domus llegó a US$ 330.000 dólares y contó que luego de un año de negociaciones, Mónica Bosch les devolvió los pagarés. Explicó que, al menos a simple vista, no se observan las mejoras que supuestamente se hicieron en la parroquia. En la oficina de San Marcos y Domus SA dijeron que nos atenderían personalmente y luego se ocultaron.

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