El caso de Renato deja un mensaje claro: la falta de humanidad de parte de muchos profesionales de blanco, no solo de los sanatorios de administración privada, sino de todo el sistema de salud en general. ¿Cuántos casos como el de Renato se repiten a diario? ¿Desde cuándo la omisión de auxilio se tornó casi una práctica común en los hospitales?
A veces se tilda a los pacientes, padres de niños pequeños o adultos mayores de exagerados. Sí, ya muchos hemos experimentado esa sensación de impotencia delante de los que creen “saberlo todo” y al final solo ofrecen parches como sanación. Cuando te dicen que es normal, no hace falta reposar, esperá nomás, aguanta o te recetan medicamentos que no hacen el mínimo efecto.
O cuando estos profesionales se hacen los ofendidos cuando se les reclama su llegada tardía a los turnos, hacen gestos de desagrado, irritación, cansancio, se burlan y hasta se ríen de tu “exageración” e inclusive !publican en sus redes! ¿Dónde quedó la ética, la empatía, todos esos años de estudios? ¿En manos de quiénes están nuestros niños, jóvenes y padres a la hora de ser atendidos?
Preocupa, y mucho, cómo se maneja este sistema, que ya no abastece y sirve prácticamente solo para la jubilación y recaudación. La causa de Renato es una muestra de que un seguro privado no siempre garantiza una buena y menos una rápida atención (pese a que pagues millones y millones al año).
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Y no, lo de Renato no es un caso aislado. Solo ayudaron las cámaras (circuito cerrado) y unos testigos. Se ve perfectamente en el vídeo que los profesionales de “urgencias” están quietos mientras una madre y la abuela piden a gritos atención para su niño al que ven con pocos signos de vida, no pierden las esperanzas y son ellas las que tratan de hallar alguna solución.
Ojalá la Justicia –si es que funciona aún– reaccione e investigue no solo este caso, sino todos aquellos que quedaron o están camino a quedar impune, y que la hospitalidad vuelva a los pasillos de los centros de salud, sean públicos o privados, y tengamos médicos de verdad con vocación. No somos pastorcitos mentirosos, solo pedimos atención de calidad.
emilse.rolon@abc.com.py