En el departamento de Alto Paraguay, los mal llamados dirigentes políticos una vez más demuestran su inmadurez, y sacan a relucir su sed y sus ansias de poder, sin que de verdad les importen las necesidades de los pobladores.
Sabiendo la enorme rivalidad existente entre las dos principales figuras políticas de la zona, el gobernador José Domingo Adorno (ANR) y su correligionaria, la diputada Marlene Ocampos, sus seguidores oportunistas buscan congraciarse y promocionar las eventuales ayudas que ambos pudiesen conseguir para los lugareños.
Estos operadores son verdaderos carroñeros de la política que solo están interesados en sacar provechos personales, sin que de verdad les importe lo que pueda suceder con las personas.
Estamos en medio de la pandemia del coronavirus, cuyas consecuencias son múltiples en el aspecto económico y social a nivel mundial. Además de dejar a su paso la muerte de miles de personas.
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La situación nos afecta a todos sin lugar a dudas por lo que única preocupación real en este momento debería ser, precisamente evitar que se pierdan más vidas de personas inocentes, y más aun conociendo la precariedad sanitaria de nuestro país, y en especial del departamento del Alto Chaco.
Es el momento de unir esfuerzos y dejar de lado las rencillas políticas, sin que eso signifique olvidar las cuentas pendientes de algunos políticos con la justicia.
A nadie le interesa saber, si fue el gobernador, la diputada o Juan Pérez, el que consiguió la ayuda, lo más importante es que esa asistencia llegue a las familias más afectadas por toda esta problemática.
En este tiempo de pandemia, que nos obliga a permanecer en nuestras casas, debemos aprovechar para realizar una reflexión profunda y buscar la manera para deshacernos de los oportunistas y carroñeros políticos existentes en la zona.