Fiscalía da por hecho que Neneco es el autor moral

La Policía y la Fiscalía concluyeron técnicamente la primera fase de la investigación del asesinato del corresponsal de ABC Color en Curuguaty, Pablo Medina Velázquez (53), y de su acompañante, Antonia Maribel Almada Chamorro (19).

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Atribuyen la responsabilidad intelectual del atentado al narcointendente prófugo de Ypejhú, Vilmar “Neneco” Acosta Marques (39), y también se reveló la identidad de los dos autores materiales, Wilson Acosta Marques (43) y su sobrino Flavio Acosta Rodríguez (30). Asimismo, el cuarto implicado es Arnaldo Javier Cabrera López (37). Anoche imputaron a Vilmar por homicidio doloso.

La presentación de la conclusión preliminar de la investigación técnica y de campo se hizo ayer de siesta en la sede de la comisaría 5ª de Curuguaty, aunque fue luego de una serie de allanamientos que se llevaron a cabo desde la medianoche y hasta después de que amaneciera entre los distritos de Villa Ygatimí y Ypejhú, en la zona baja de Canindeyú.

El informe fue revelado por el jefe de Investigación de Delitos de la Policía, comisario principal Gilberto Fleitas, y por los fiscales Néstor Cañete y Sandra Quiñónez, quienes imputaron anoche a los principales involucrados.

La investigación permitió descubrir que el día del hecho, el jueves 16 de octubre pasado, nuestro compañero Pablo Medina Velázquez salió de su casa de Curuguaty a bordo de su camioneta Mitsubishi L-200 poco después de las 08:00, en compañía de Antonia Maribel y de una hermana de esta.

Pablo envió un último mensaje al grupo de WhatsApp de los corresponsales de ABC Color, a través del cual comunicó lo siguiente: “Buen día jefa. Voy a colonia Ko’ê Porã (Villa Ygatimí), Ára Vera y Crescencio González (Ypejhú). Caso ataque masivo de marandova en cultivos de mandioca e intervención de FNC en fumigación. Hora de regreso recién a la tardecita. Aviso al llegar a mi base”.

La investigación en curso permitió detectar que Pablo manejó por casi 100 kilómetros desde Curuguaty hasta la colonia Crescencio González, en el límite entre los departamentos de Canindeyú y San Pedro, y que iba pasando por localidades como Paso Real, Villa Ygatimí, Ko’ê Porã y Estrellita.

Precisamente, cuando el rodado de Pablo pasó por Ko’ê Porã, a 10 kilómetros de Villa Ygatimí, fue seguido por una motocicleta manejada por uno de los autores materiales del crimen, identificado como Flavio Acosta Riveros (29), un sobrino del intendente de Ypejhú, “Neneco” Acosta.

Flavio, una vez que Pablo llegó a Crescencio González, llamó a su celular a Vilmar y le comunicó la novedad. Entonces, desde Ypejhú, el político colorado puso en marcha oficialmente el operativo que derivaría en la muerte de nuestro compañero, al avisar a su hermano Wilson que el objetivo ya estaba encaminado.

Después del mediodía del 16 de octubre pasado, Pablo Medina y sus acompañantes salieron de Crescencio González, luego de hacer la nota periodística correspondiente, y se aprestaron a retornar hacia Curuguaty. Sin embargo, desde que salieron de este punto fueron seguidos por una motocicleta manejada por Flavio.

En todo el trayecto, se sucedieron varias llamadas entre Flavio y Wilson, quien también venía apresuradamente desde Ypejhú en otra motocicleta, como para tratar de coordinar el posible lugar donde se debía llevar a cabo la emboscada.

Finalmente, Wilson le avisó a Flavio que podrían atacar en la zona de la colonia Itanaramí, por lo que este último se adelantó a la camioneta del periodista, se reunió en el citado punto con su cómplice y únicamente aguardaron que el móvil pasara por el sitio.

Con relación a la emboscada, aún resta determinar qué maniobra emplearon los matones para hacer que Pablo detuviera la marcha de su camioneta. En tanto que hay una certeza casi absoluta de que fue Wilson el que le disparó cuatro veces contra Pablo con una pistola calibre 9 mm y que fue Flavio el que lo remató con un disparo de escopeta calibre 12.

Luego de matar a Pablo y a Antonia, los dos pistoleros huyeron cada uno en una motocicleta hacia la zona de Ypejhú, donde se reunieron con el mandante del crimen, “Neneco”. Los delincuentes tomaron un camino alternativo para evitar salir al camino principal que une Villa Ygatimí con Ypejhú, y atravesaron por el predio de la estancia “Aparay”, propiedad de Ulisses Rodrigues Teixeira.

Toda esta secuencia está documentada a través del seguimiento que se hicieron de las líneas telefónicas de los involucrados y que ahora son consideradas pruebas fundamentales para sostener una eventual acusación, que también podría alcanzar a Arnaldo Javier Cabrera López.

Este es un secretario de Vilmar Acosta Marques, con antecedentes y orden de captura por robo agravado, y cuya cédula se encontró dentro de uno de los dos vehículos robados que estaban depositados en la municipalidad de Ypejhú. Estos rodados eran usados por el intendente local para repartir marihuana.

Cabrera también aparece en el cruce de llamadas antes, durante y después de la muerte de Pablo Medina y a su nombre figuran algunas de las líneas empleadas para la planificación del atentado.

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