Demanda laboral revela otro caso de acoso sexual a funcionaria en Itaipú

Una demanda laboral por reintegro al trabajo presentada por una exfuncionaria de Itaipú revela otro caso de acoso en la entidad. El caso salpica al superintendente Arturo Giménez, sobre quien pesan varias acusaciones.

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Un nuevo caso de supuesto acoso sexual del que habría sido víctima una funcionaria de la Itaipú Binacional salió a luz tras las publicaciones realizadas por nuestro diario de un hecho similar. En ambos hechos aparece involucrado directa e indirectamente el superintendente de Recursos Generales, Arturo Giménez.

Según el texto de la demanda presentada ya en el 2015 la exfuncionaria Norma Cardozo fue acosada supuestamente por el entonces superintendente de Recursos Generales de la entidad Gustavo Ramírez Afara, sobrino del vicepresidente de la república Juan Afara.

La denuncia señala que tras sufrir el acoso, y al no acceder a las exigencias del entonces alto funcionario, fue desvinculada de la institución.

Relata que luego de que la entidad tomara dicha medida, recibió una llamada de Arturo Giménez, entonces asistente del Director Administrativo Carlos Paris, quien le preguntó si tenía “mensajes de Gustavo Ramírez que le pueden perjudicar”. Ante respuesta afirmativa Giménez le respondió: “borrá los mensajes y estás reincorporada”.

Ramírez Afara fue desvinculado de Itaipú a mediados de 2017, por cuestiones políticas.

Esto se suma a otro caso ventilado por nuestro diario. En un audio al que tuvimos acceso se escucha al superintendente Giménez solicitando a una mujer, también trabajadora de la entidad, contratar un guardia de seguridad leal para hacer desaparecer dos aparatos celulares.

El objetivo era borrar supuestas pruebas de acoso y según Giménez las afectadas estaban amenazando con denunciarlo.

La mujer a la que estaba pidiendo el favor, debía buscar un “soldado chiita” y armar un operativo comando para robar los teléfonos.

Una de las afectadas, Mariza Yrigoyen al escuchar el audio decidió dar la cara y ratificar que Giménez la acosó. Al no acceder a sus pretensiones la sacó de su oficina. Como “castigo” fue confinada a un lugar sucio, a limpiar carpetas, según manifestó.

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