Un virus invisible que desnuda el recrudecimiento de la violencia hacia las mujeres, afirma Verónica Villalba y dice que la crisis mundial generada por la pandemia está mostrando como si fuese una lupa enorme todos los problemas sociales, económicos y políticos que tenemos en cada uno de nuestros países y a nivel global la crisis que hemos generado hacia nuestro medio ambiente con la deforestación, el abuso y mal uso de nuestros recursos naturales.
Entre todos estos problemas está la violencia hacia las mujeres, especialmente la que se da en el ámbito doméstico y con la pareja. Evidentemente el encierro es una de las situaciones que estarían influyendo en ella para su recrudecimiento como ya lo han dicho especialistas de salud mental en el tema, aunque deberíamos tener en cuenta otras cuestiones.
La crisis ocurre en un contexto mundial en el que el control de los cuerpos hacia las mujeres a través de la violencia como su dispositivo se estaba desarticulando, veíamos las masivas manifestaciones feministas del 8 de marzo pasado anunciando “el fin del patriarcado” o por ejemplo fallos de la justicia por violación y abusos hacia mujeres por parte de hombres poderosos como la sentencia a 23 años de cárcel al productor de Hollywood Harvey Weinstein, denuncia impulsada por el movimiento feminista de EE.UU. “Me too” (Yo también) que obtuvo así un gran triunfo.
Estado debilitado
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Estábamos en el camino hacia desnaturalizar profundamente las formas de violencia hacia las mujeres cuando nos encontramos en esta crisis que estalló poniendo en el centro a nuestras vidas: con nuestra salud y también con nuestra forma de vivir. Pero por otro lado viendo las políticas públicas dirigidas a dar respuesta a la violencia que vivimos las mujeres y niñas, debilitadas y con grandes desafíos, por ejemplo, el Ministerio de la Mujer es una de las instituciones (junto al Ministerio de la Niñez y la Secretaría de Cultura) con menor presupuesto en Paraguay.
Es decir, un Estado debilitado (con altos niveles de corrupción, privilegios hacia la clase política con desigual distribución de recursos) ante una crisis enorme. Y paradójicamente más que nunca es quien debe proteger nuestras vidas, su rol es fundamental no para vigilarnos y controlarnos sino para atender nuestra salud física, mental, nuestras necesidades básicas, etc.
Para los casos de violencia hacia mujeres e intrafamiliar no solo el Ministerio de la Mujer debe responder ya que no es la única institución responsable según la ley, es necesario fortalecer más una respuesta articulada entre las instituciones responsables como la Policía Nacional, el Ministerio Público, el Ministerio de Salud (por ejemplo, en el área de salud mental) la Defensoría, las Gobernaciones y Municipalidad, etc. todas las que manda la Ley N° 5777 de Protección Integral.
Es importante que las organizaciones, movimientos sociales y comunitarios no se aíslen que busquen seguir conectados, de hecho, varios grupos están organizándose para responder al día a día en esta crisis, se escuchan los cacerolazos, y que se está haciendo ruido desde las casas, como forma de resistencia para exigir que se cumplan nuestros derechos, deberíamos seguir con eso y con otras acciones.