Su fidelidad lo marcó como uno de los más leales aliados de la decapitada reina, pero una sombra se alza aún, doscientos años después, sobre su relación.
La duda queda hoy más lejos gracias al estudio de un grupo de científicos franceses que ha analizado con la tecnología más puntera las cartas entre la reina, esposa de Luis XVI, y el sueco.
Fersen, que tuvo también una muerte trágica (fue linchado y lapidado por el pueblo sueco en 1810 en medio de una crisis), había sido objeto de rumores en vida de la reina, tras conocerla en 1779 en un baile de la Ópera. Les unió un trato casi familiar y fue, especialmente en los últimos años de vida de los reyes, un miembro cercano, un favorito.
Pero su figura trascendió al trágico final del matrimonio, especialmente cuando las cartas entre él y María Antonieta de Austria vieron la luz a finales del siglo XIX, publicadas por el sobrino nieto del militar.
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Tachaduras
Las cartas habían sido censuradas y decenas de tachaduras impedían ver ciertos pasajes. Curiosamente, las partes capadas se encontraban al inicio y al final de estas misivas políticas, como si alguien hubiera intentado ocultar la relación privada que los unía. Las 15 cartas analizadas por el equipo del programa Rex II, financiado por la Fundación de Ciencias del Patrimonio y con el respaldo de los Archivos Nacionales, dueño de estas misivas fechadas en 1791 y 1792, han pasado dos procesos que ayudan a despejar la incógnita. La respuesta llegó con un escáner 2 D XRF que permite separar las distintas tintas en función de la presencia de elementos metálicos, como cobre o zinc, usados en la época.
Ese escáner permitió al fin ver los fragmentos censurados y acabar en parte con la discusión de generaciones y generaciones que han tratado de descifrar esas cartas.
“Toda vuestra persona está ligada a mi existencia”, lee uno de los investigadores, Fabien Pottier. La carta escaneada acerca más que nunca a la tesis de una relación romántica. Más difícil es, en cambio, confirmar que la relación fue física, como apostaba Stefan Zweig en la biografía que escribió de la reina, donde acusaba a los descendientes de Fersen de haber participado en la corriente de puritanismo que censuró la relación para defender el honor de la reina.
Estos pasajes muestran una clara cercanía, pero no constancia de una relación física.