La canasta mecánica

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La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

PARA REÍRNOS. Se ha demostrado científicamente que reír es saludable. El córtex cerebral libera impulsos eléctricos un segundo después de comenzar a reír, expulsando de nuestro organismo la energía negativa.

La risa que es capaz de brotar aun de la tristeza y el desagrado, que definimos como de humor, tiene su propia complejidad histórica. La palabrita que se refiere a la agudeza humorística, hace su aparición en escena en el siglo XVI, según la acepción que le damos en la actualidad, refiriéndonos a una manera divertida de ver los aspectos insólitos o criticables de la realidad. Sin embargo, el humor ya existía en el siglo XII y lo usaban para designar los líquidos orgánicos que circulan dentro del cuerpo humano, líquidos que según Hipócrates dan origen a los cuatro temperamentos básicos: melancólico, flemático, sanguíneo y colérico.

Cuando la palabra humor se pone de moda en Inglaterra, allá por el 1500, la fusión entre las dos acepciones – líquido e ingenio– comienza a producirse el teatro isabelino con Ben Jonson a la cabeza, quien propone arquetipos exagerados y combinados de los diversos temperamentos, con el fin de criticarlos a través de la risa. Esto no significa que los ingleses y el resto del mundo de aquella época hayan descubierto el humor, pero sí el uso del vocablo parte de los ingleses, humour, y es adoptado casi universalmente. Entre paréntesis, el sentido del humor inglés es la clara muestra de que la sociedad británica puede abandonar su seriedad solemne para reírse con refinada sutileza. El humor inglés sabe hacer uso del innuendo, que es un tratamiento velado desde la insinuación abordando temas censurados, como si en realidad no se hablara de eso. Los comediantes ingleses también utilizan la autocrítica, su vida privada y pública, así como sus aciertos y sobre todo sus errores, como una fuente inagotable de chistes. No hablan de sí mismos con pesar, sino con alegría, para encontrar el gag que haga estallar de risa al público.

Qué sería de este mundo actual, pandémico, inquietante y caótico, sin la presencia liberadora del humor que se filtra hasta en las situaciones más trágicas, convirtiéndose en humor negro, cuando se acerca a la frontera de lo prohibido y puede volverse censurable abarcando temas de salud, desastres naturales, muertes y desgracias en general.

Nada como el humor para lograr vencer el cerco de lo establecido y con inteligencia demoler barreras infranqueables. Es lo que el buen uso del humor periodístico suele conseguir, al escapar de lo establecido y observar la realidad a través de una lente que pone de manifiesto sus aspectos más criticables o ridículos. Un humor que no se queda en el reír simple, sino que se convierte en un recurso movilizador que cuestiona e incluso molesta.

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Por eso el humor, la ironía, el ingenio son perseguidos en los sistemas autoritarios que prefieren la risa fácil, escapista, kashiãi, y si es posible con algún condimento de chupada de medias a los de arriba.

carlafabri@abc.com.py