Asunción, aguada y trazos

 “A veces la arboleda es arquitectura y la arquitectura, arboleda. A veces la luna es arquitectura y la arquitectura, luna”, es la frase de una de las obras de la serie Poesía Visual en la que Toni Roberto rescata el paisaje urbano de Asunción.

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Investigando sobre el color, las líneas y, sobre todo, los tonos y matices que resultan del azar de las manchas con aguada surge la nueva exposición de obras de Toni Roberto Godoy, que lleva por título Poesía Visual.

“Es jugar con lo fortuito. El agua que no puede atajarse. Es un encuentro entre la pintura y dibujo. Una especie de recreo que me doy en la rigurosidad de la línea de dibujo que tengo. Es como si hubiera pedido permiso al dibujo para encontrarme con la pintura. Es una investigación que salió de la nada”, comenta el dibujante, quien se formó en la escuela de Livio Abramo.

Detrás de estas coloridas manchas, los dibujos esconden siempre la temática de la arquitectura asuncena, el recorrido por los barrios y los rincones de la ciudad, perdidos entre tantos edificios, y desperdigados en tantos parajes de historia y vivencias.

Esta muestra individual tiene una connotación histórico-patrimonial, pues en las obras resalta la intención de rescatar para la memoria colectiva la arquitectura asuncena, más allá de lo colonial o moderno. Ayudan a razonar sobre las etapas por las cuales va pasando el urbanismo en Asunción, para bien o mal.

La investigación de Roberto sobre el acervo arquitectónico actual de la ciudad incluye, entre otros, los trabajos de destacados profesionales que realizaron construcciones de la Asunción moderna de los años 70, especialmente, como Julio Decoud, Homero Duarte, Natalio Bareiro, Mohamed Yampei o el mismísimo Michael Burt.

“Inconscientemente, la muestra tiene que ver con la arquitectura de mi infancia, la época en la que surgían en Asunción los edificios como hongos, y puedo citar como un ejemplo icónico el Inter Expréss, diseñada por el Arq. Michael Burt”, menciona.

Además de las obras que permanecen en pie en medio del maremágnum de edificaciones, están implícitos en los cuadros ejemplos que aluden a obras ya desaparecidas. “Lamentablemente, si miramos el libro de César Augusto Morra sobre la arquitectura moderna, muchas obras ya no están, y solo quedan en las fotografías y memoria de la gente. Uno de los pocos chalés conservado de Julio Decoud es la casa Rapat, ubicada detrás de la Embajada de Japón”.

Obras urbanísticas de otros arquitectos tuvieron mejor suerte y se preservan aún, como las de Homero Duarte, quien diseñó la plaza Batallón 40 en el barrio Ciudad Nueva. El trazado de este espacio público sigue vigente y, afortunadamente, no fue modificado. Está planteado como plaza del vecindario, para disfrute de los pobladores, con área social y deportiva en la que todos los camineros confluyen en el centro.

El Arq. Natalio Bareiro también marcó época con la peculiar casa de Rafael Oddone, en el barrio San Roque, concebida dentro de la modernidad con elementos rescatados de otras corrientes muy anteriores, como el zaguán, un elemento propio de la arquitectura morisca que legaron los árabes a ciudades españolas, como Granada, Córdoba y Sevilla, y que nos remontan al siglo XVI.

La muestra se distribuye en varios bloques o etapas. Hay un rescate patrimonial, como el caso de la serie Siete Iglesias, que se presenta y se constituye en monumento arquitectónico de la ciudad: la Recoleta, San Roque, Trinidad, entre otras. Un destaque especial merece la silueta de la Iglesia de la Crucecita de Sajonia, reinterpretada en un espacio amplio con enrejado que nos remite a las herrerías de la época, como las de Venzano sobre la calle Colón y la herrería Costa, del barrio Herrera, que inspiró escenas de la película Cuchillo de Palo, de Renate Costa.

En la serie Los manchados se esconden sitios referenciales del pasado –de cualquier índole– como la Iglesia de la Trinidad, construida hacia 1854, hasta el World Trade Center, inaugurado en diciembre de 2015. Tampoco se pasa por alto lo último de la vanguardia, como la Casa Laif, casa móvil diseñada por Aldo Cristaldo en Casacor, al lado de la Casa Battilana Peña, más conocida como la de Lo que el viento se llevó.

En la serie Culata Yobái se realiza una reinterpretación de esta tipología de vivienda, que representa un aporte de la arquitectura paraguaya al mundo. Tampoco está ausente la serie Paisajes, en la que resalta una visión propia de la bahía de Asunción, un elemento propio de la naturaleza asuncena, testigo de la evolución de la ciudad desde los tiempos de la fundación.

La serie Sutil presenta la casa Torres, de Jenaro Pindú, ubicada en Villa Morra, y que se utiliza como portada del catálogo, en un momento en el que precisamente se discute sobre el valor patrimonial de estas edificaciones.

Todo esto está presente, consciente o inconscientemente, en la muestra y la mente puede recrear los distintos escenarios urbanísticos de la ciudad con la técnica de la aguada, que consiste en mezclar agua y diversas tintas.

“Es un aporte del arte a la educación misma y es mi primera incursión sobre tela, aunque lo más importante sigue siendo el dibujo”, destaca Toni Roberto.

Significado del paisaje

El Arq. Alban Martínez Gueyraud –crítico de arte, expresidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA) Capítulo Paraguay, director de la carrera de Diseño de la Universidad Columbia y curador de la muestra– sostiene que “con esta mixtura, Roberto conjuga sutiles trazos, pinceladas, manchas de colores y pequeñas frases escritas en la composición”.

Algunas –menciona– están realizadas sobre distintos tipos de cartulina francesa (arches, fabriano, canson) y enmarcadas en unas cajas negras, mientras que otras –en formato mayor– se hallan ejecutadas sobre lienzo y bordeadas con un fino listón plateado. Básicamente, estas propuestas dejan entrever tres inquietudes del artista, dice el crítico. En primer lugar, la necesidad de simbolizar el significado existencial del paisaje urbano –preferentemente el asunceno–, su arquitectura y sus árboles. “Roberto viene investigando esta temática desde hace un tiempo en una suerte de esfuerzo por vivenciar, interpretar, plasmar el paisaje y, al mismo tiempo, proyectar sus impresiones y emociones personales. Este conjunto de empeños da lugar al surgimiento de breves relatos que, en algunos casos, aparecen tenuemente escritos, lo cual hace que cada obra proyecte una expresión individual del artista. Aunque se identifiquen ciertos perfiles de iglesias, residencias y rincones existentes, los paisajes de estas obras son imaginarios”.

Martínez Gueyraud apunta en estas obras la línea de los impresionistas, “quienes acudían a la naturaleza más para ver cómo pintarla que para retratarla en sí misma”, y los realistas, quienes “pintaban considerando las formas en su identidad”.

En segundo lugar, “el empeño en concebir el dibujo y la pintura como técnicas de libre expresión, siguiendo algunas de las pautas abiertas por dos de sus maestros, Livio Abramo y Edith Jiménez”.

Esto –considera el crítico– permite al artista “desarrollar la idea de que sus paisajes pueden abarcar la mente humana, sus reacciones y pensamientos, aun sabiendo que tales paisajes son simulados”.

Para Roberto –dice–, la arquitectura, la vegetación y el contexto urbano no ofrecen más que una “ilusión” de permanencia, ya que todo es mudable. Nada de lo que existe en la realidad está libre de imperfecciones, y tanto la ciudad como sus elementos coexisten en un estado perpetuo de transformación y cambio.

“Por último, la cercana relación pintura/poesía observada en estos singulares trabajos de Roberto manifiesta una fuerte vinculación suya con expresiones tradicionales del arte oriental ‘especialmente el sumi-e de la pintura japonesa’”.

La interpretación del artista convierte la relación entre la naturaleza y la ciudad en la “poesía visual” que bautiza la muestra.

Sepa más 

Poesía Visual es el título que eligió el dibujante Toni Roberto Godoy (Asunción, 1966) para presentar sus últimas obras en la galería Matices, ubicada en Cruz del Defensor 241 e/ Quesada y Boggiani.

pgomez@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Diego Peralbo.

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