Con sabor brasileño

Por su sabor, que es una combinación precisa de dulzor con limón y alcohol, Rosalina Vallejos (47) fue premiada por preparar la mejor caipiriña de Asunción. El secreto, dice, es respetar fielmente las medidas de su tradicional receta.

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Refrescante y sabrosa, la caipiriña se ha convertido en uno de los tragos favoritos de los paraguayos. Tanto es así que, recientemente, se realizó el primer Campeonato Nacional de Caipiriña, reuniendo a los mejores bartenders del país.

El certamen fue organizado en el marco de la Expo Paraguay-Brasil. Los organizadores comentaron que la iniciativa surgió teniendo en cuenta el masivo consumo de la bebida en nuestro país, algo que como brasileños los llena de orgullo. Del evento participaron bartenders de hoteles, bares, restaurantes y escuelas gastronómicas del país.

Rosalina Vallejos, empleada de El Bolsi, fue la única mujer que participó. A pesar de no haber estudiado esta carrera, logró destacarse ante concursantes de larga trayectoria en el mundo de la gastronomía. “Fui al concurso con un claro objetivo, que era ganar. Desde que me convocaron, mis compañeras me apoyaron para practicar y logré mejorar mi tiempo sin perder la exactitud del sabor. Una vez allí, me propuse quedar entre los 10 semifinalistas; quise ser la única mujer entre los finalistas y no solo fui, sino que obtuve el premio”, comenta.

Según Rosi, la clave de su trago es respetar exactamente sus medidas. La receta con la que ganó el concurso fue creada por el propietario de El Bolsi, Pedro Valiente, y consta de: un limón mediano, dos cucharadas de azúcar, una raya de cachaza y hielo hasta colmar el vaso. Para la preparación, recomienda en primer lugar machacar bien el limón, luego agregar los demás ingredientes y, por último, agitar por varios minutos para que los ingredientes se integren correctamente. “Estas medidas no varían; si un cliente pide una jarra de caipiriña, nosotros la preparamos vaso a vaso, pues cualquier variación puede tener incidencia en el sabor”, comenta.

Rosalina trabaja en El Bolsi desde hace ocho años y, según los directivos, se destaca por su agilidad y rapidez. Es madre de Celia Russi (26) y vive en Capiatá, desde donde diariamente viaja durante dos horas en colectivo para llegar a su lugar de trabajo. Para ella, cada día laboral es una experiencia nueva.

“Aquí conocemos a mucha gente, muchos extranjeros que vienen y se quedan encantados con nuestro país. Nosotras nos esforzamos para servir siempre con excelencia y que cada bebida, en este caso, sea parte de una gran experiencia”, dice. Su horario de trabajo es rotativo, pero habitualmente está de 16:00 a 00:00, ya que es el horario en el cual se registra mayor número de afluencia de clientes en su área.

Historia

El origen de la caipiriña se remonta al siglo XIX. En la época había esclavos en Brasil y a estos les gustaba beber “garapa”, un jugo de caña de azúcar que obtenían prensando las cañas con un sistema de rueda, luego lo hervían para eliminar las bacterias y lo consumían sin fermentar.

Durante las fiestas y rituales, mezclaban su garapa con aguardiente local a base de azúcar de caña. También mezclaban jugos de frutas o de especias, de los que, posteriormente, nacieron las batidas; en su momento, la más famosa era la “batida de limão”, que se preparaba con extracto de lima, que era oficialmente la predecesora de la caipiriña.

Con el tiempo, la “batida de limão” evolucionó y pasó a llevar trozos de limón, dándole la cáscara un sabor particular. El milagro se terminó de obrar cuando la tecnología permitió la fabricación de hielo, convirtiéndola a partir de entonces en una bebida más refrescante, rica y popular.

mbareiro@abc.com.py 

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