Se podría decir que esta cobertura se inició, sin saberlo, hace tres años cuando un enorme camión de bomberos pintado con figuras coloridas se presentaba durante las Jornadas de los Grandes Viajes en Barcelona, España, donde nos encontrábamos. El show empezó relatando que el proyecto Sonrisas Nómadas, “quizá” exploraría África. El grupo tenía todo preparado para viajar, menos el destino y mantenía a todo el público boquiabierto repitiendo: “Es una locura”. Se cantó, se jugó y se bailó. Era una de esas anécdotas peculiares, pero que pasan casi al olvido, hasta que nos enteramos de que ese simpático camión andaba por tierras guaraníes.
Sonrisas Nómadas es el proyecto de Toti Roger Bambara; se trata de una especie de circo ambulante que va intercambiando shows artísticos “para niños de 0 a 99 años”, según sus propias palabras, por víveres o combustibles.
África era el destino que soñaban, tras acabar una gira que habían realizado por España, pero resulta que “se lo pensaron mejor” y cambiaron África por América, debido principalmente a la serie de conflictos que enfrentaba la zona en ese momento.
Junto al camión, el grupo tomó un barco en Europa, con paradas técnicas en África, y en dos meses llegaron a nuestro continente, hace más de dos años. Kwan, pareja de Toti, acaba de volver a su Hong Kong natal y de momento no tiene fecha de regreso, aunque según dice ella tiene muchas ganas de reintegrarse para explorar el Chaco.
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El Dream Warrior, como bautizaron al camión, va acogiendo a artistas por el camino, varios viajan un tiempo ofreciendo espectáculos con ellos, en los pueblos que llegan. Así, los artistas reducen el costo del viaje y, a la vez, están colaborando con los costos de combustible de Sonrisas Nómadas.
Además, el modo de subsistencia que eligieron está basado en el intercambio evitando, en la medida de lo posible, el uso del dinero. Para cada espectáculo que brindan, piden que la entrada se abone con víveres, combustible o alguna cosa específica que necesiten en ese momento. Parecería una fórmula muy difícil, pero Toti asegura que durante estos tres años y un poco más, si se toman en cuenta los viajes hechos antes del Dream Warrior, les fue mucho mejor de lo previsto.
Varias veces poseen tantos alimentos que les alcanza para realizar donaciones, preferentemente, a hogares de ancianos, algo que también pudieron hacer en el Paraguay.
Toti asegura que con los años entendió que el mundo es generosidad y que a medida que vayamos sembrando sueños, esperanza y alegría, lo podemos ir cosechando también. A la hora de elegir destinos siempre apuntan a zonas que podrían considerarse complicadas, como zonas vulnerables por la pobreza, campos de refugiados, ya que ahí es donde más personas necesitan tener un toque de esperanza en sus vidas.
El camión llegó a tierras guaraníes con Toti, Kwan y sus dos perritos; a inicios de diciembre entraron por Itapúa, provenientes de Argentina, e hicieron un recorrido por las comunidades más humildes de la zona, bailaron con comunidades indígenas en el predio de las reducciones jesuíticas y las Colonias Unidas. A mediados de enero salió con destino al Chaco. Durante nuestra entrevista, Toti comentaba que estaba lleno de ansiedad por llegar a esas tierras que todos decían que eran tan difíciles y unos días después –ya desde allá– nos contaba su asombro por la presencia tan latente de la cultura indígena en un ambiente tan inhóspito.
Fotos: ABC Color/Roberto Zarza/Gentileza.
