Terrorista y héroe

En 1975 llegó al Paraguay un personaje que dio mucho que hablar en su momento, Miro Baresic. Fue instructor militar y realizó tareas terroristas a favor de su país, Croacia.

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En 1971 fue protagonista del asesinato del embajador yugoslavo en Suecia, Vladimir Rolovic. Detenido y condenado en Suecia, fue liberado un año más tarde, cuando unos correligionarios secuestraron un avión de la compañía SAS y exigieron su liberación. Con sus compatriotas terroristas se refugiaron en España, de donde, en 1975, pasaron al Paraguay (con Ante Pavelic y Jozo Damjanovic), invitados por un alto jefe militar. En nuestro país se desempeñó como instructor en el Colegio Militar "Mariscal Francisco Solano López".

En Asunción estos croatas perpetraron el asesinato del embajador uruguayo en Paraguay, al que confundieron con el embajador yugoslavo de visita en esa ciudad. Por este crimen perpetrado en 1976, Baresic nunca fue imputado, dadas las influencias de las que gozaba en los círculos del poder de la dictadura stroessnerista (Damjanovic paró con sus huesos en la cárcel).

Fue instructor y presidente de la Federación Paraguaya de Kick Boxing y Muay Thai. Posteriormente, se desempeñó como guardaespaldas del embajador paraguayo en los Estados Unidos, pero a raíz de un escándalo con la Policía norteamericana, fue reconocido y extraditado a los Estados Unidos, a compurgar una pena de prisión. Expulsado nuevamente de dicho país, fue extraditado a Suecia, donde cumplió una pena de ocho años de prisión.

Luego de su liberación, en 1987, ya a finales del gobierno de Stroessner, se refugió nuevamente en el Paraguay, donde se dedicó al comercio de automóviles. En 1989 viajó a su país, donde, a principios de 1992, murió en un atentado, durante la guerra civil que dio origen a Croacia. En su país existe un monumento en su homenaje. 

Un reclamo contra la dictadura

El día de Corpus Christi de 1858, un grupo de paraguayos residentes en Buenos Aires hicieron oír su primera nota de protesta contra el gobierno despótico de los López en el Paraguay.

La nota, titulada "Clamor de los corazones filantrópicos", fue suscrita por numerosos compatriotas considerados desterrados, proscritos, perseguidos y estuvo dirigida a los "hombres libres y amigos de la civilización de todo el mundo".

Algunos de los firmantes fueron: Carlos Loizaga, Carlos Luis Loizaga, Manuel Pedro de Peña, Luciano Recalde, Fernando y José Toribio Iturburu, Ramón González, Serapio, Segundo, José, Eusebio, Evaristo y Esteban Machaín, Pío y José León, Alejo y Miguel Guanes, Otoniel Peña, Juan Gómez y las señoras Carmela e Isabel Loizaga y Jacoba Ozcariz.  

Tiene alas, pero no vuela

Es enorme, llega a medir 180 cm de alto. Tiene la cabeza pequeña con pico relativamente corto y chato. El cuello es largo y tiene un robusto cuerpo sostenido por un par de fuertes patas y gruesos muslos. Es el ñandú o Rhea americana.

En el Chaco, el hábitat de estas aves abarca pastizales y palmares de karada’y o las cercanías de bosques. En ocasiones se las ve merodeando los cascos de las estancias.

Si bien son incapaces de volar, utilizan sus alas para equilibrarse cuando tienen necesidad de correr, cosa que lo hacen a unos 60 km/h. Si bien son primordialmente vegetarianas, alimentándose de frutos, hojas y brotes, también se alimentan de ratones, lagartos y víboras, que las convierten en animales importantes para la limpieza de los campos.

Anidan en los campos, donde ponen grandes huevos, que son incubados por los machos.  

Ciudadana del Bicentenario

Destacada educacionista paraguaya fue doña Antonia Boggino. Su rica trayectoria la hace merecedora de ser considerada Ciudadana del Bicentenario paraguayo.

Nació en Villa Rica, en 1909. Sus estudios los realizó en Villa Rica y Asunción, egresando en 1927 de la Escuela Normal de Profesores. Fue docente de maestros, discípula de maestros como Ramón I. Cardozo y Delfín Chamorro y colega de otras recordadas maestras guaireñas, como Verna Cabrera, Teresa y Jovita Vera y Alodia Santos de Franco.

Fue directora de enseñanza secundaria y de varias instituciones educativas. Dirigió la construcción del edificio de la Escuela Normal de Villa Rica, pero fue obligada a retirarse de la enseñanza pública por cuestiones políticas. Su capacidad la llevó a entrar a trabajar en proyectos de ayuda de los Estados Unidos para la reforma educativa.

Realizó estudios de perfeccionamiento en Chile y Puerto Rico, y fue una de las responsables de la construcción edilicia y la dirección de la Escuela Normal Rural de San Lorenzo, pionera en la formación de maestros con acento en la instrucción para un país agropecuario.

Antonia Boggino participó en numerosos congresos internacionales sobre educación y fue autora de libros de Pedagogía de la enseñanza elemental, folletos de asesoría para la formación docente y artículos de índole pedagógica y didáctica. Falleció en 2006.  
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