Transmutaciones artísticas

Versátil, Ariel Romero, conocido como Arius en el ámbito artístico, pinta y dibuja de modo impresionista y surreal. Imprime su sello y brillo propios en cuadros que trazan vivos paisajes locales, lo que denota de modo superlativo su veta talentosa.

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Nos recibe con sencillez, carisma y una amplia sonrisa que ilumina su rostro y, por ende, el entorno. Desde niño sintió la tendencia de manifestar sus vivencias a través de dibujos, y así transmutar lo bueno y lo malo a través del papel. Recuerda que en su niñez hacía una especie de “trueque” con sus compañeros: cambiaba sus dibujos por desayuno o almuerzo y así aseguraba el “recreo” todo el año. Evoca el momento en que en la escuela le pidieron retratar al asesinado periodista Santiago Leguizamón y cómo las personas acudían a ver el proceso del dibujo; hecho a témpera, a los diez años y de modo autodidacta.

Desde el 2001, se dedicó a pintar de manera prolífica e independiente. En el 2004, ingresó al Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA). Posteriormente, tomó clases con Isabel de Anda, Yuki Hayashi y Norma Büttner, quienes le marcaron el norte en su carrera.

Normalmente, en la música y en los libros encuentra su fuente de inspiración, explica. “De ahí parte todo. Tengo amigos que ejecutan en vivo en mi taller, y normalmente pinto con melodías de fondo o al leer la historia de grandes pintores como Da Vinci, Miguel Ángel, Rubens, otros, se produce como una especie de rueda, una concatenación que me inspira”.

Indudablemente, en un primer momento encontró en Salvador Dalí un ideal a seguir. “Con Dalí sentí: ‘Yo nací para esto’. Cuando vi La persistencia de la memoria, dejé la etapa monocromática y me adentré a experimentar con colores primarios, allá por el año 1998. Luego, Caravaggio fue el segundo artista que me marcó por su temática y originalidad”. A nivel local admira a Hernán Miranda, por la fidelidad que consigue cuando pinta; Jorge Von Horoch, por su conocimiento de la historia y aporte al arte nacional; Enrique Careaga, Sebastián Díaz, Carlos Colombino, Ricardo Migliorisi, entre otros.

“La ilusión de triunfar en el arte te llega en un primer momento. Me llevó a participar en concursos de pintura y se me cerraban las puertas. Yo solo buscaba la valoración de mi arte; ese momento solemne. Nunca lo hice buscando aplausos, sino que se valore mi labor. Hoy en día, lo que más me satisface es que a mí me guste lo que pinto, para que los demás puedan disfrutarlo. Busco plasmar algo que yo sienta y que le pueda inspirar también al público, y eso se refleja en personas que, incluso, han derramado lágrimas al contemplar mis cuadros. Eso más bien lo noté en aquellas obras a las cuales le imprimí más sentimientos”, relata. El artista tiene el don de mimetizarse en sus obras. “En mi última exposición denominada Felinos hubo gente que manifestó ver rasgos físicos míos en las pinturas. Y me parece inevitable no pintar algún gesto propio; mi color de ojos, de cabello…”.

El país de la nostalgia

Sus exposiciones varían en cuanto a temática, pero lo que no oscila en ellas es la belleza. “Estoy preparando una exposición para el 2014 sobre historias del ferrocarril, estableciendo un paralelismo entre la figura del tren y la vida; haciendo uso de simbolismos, de los cuales están plagadas mis obras. Trato de tocar siempre el tema del tiempo: el viaje a través de él. Como ejemplo, cito los trenes de antaño y, de hecho, estoy visitando las diversas estaciones de ferrocarriles y busco con ello rescatar que tuvimos uno de los primeros en Sudamérica. En el arte y en todo, la historia debería valorizarse. Con esa muestra buscaré representar momentos nostálgicos de nuestra historia nacional; refrescar la memoria colectiva. Para mí, el tiempo es un misterio”. Y, de hecho, para él, la historia local tiene un valor fundamental, ya que tiene pensado, además, dibujar escenas de las guerras que diezmaron al país.

“Mi intención es visitar todas las estaciones del país y representarlas. De hecho, ya visité algunas: la de Paraguarí, Areguá, Jardín Botánico y la Estación Central de Asunción. Me imagino esa época, cuando la familia se reunía esperando a un pariente lejano o amigo. También, la temática se presta para plasmar los momentos en que muchos paraguayos dependían del ferrocarril. Me gusta mucho bocetar gente trabajando; inclusive, haré un homenaje a la mujer paraguaya que trabajaba para llevar adelante a su familia −me inspiré en las palabras del papa Francisco, al referirse a ella como la más gloriosa−”.

“He visto documentales sobre ferrocarriles de Paraguay, Argentina y España. También entrevisté al director cultural de la Estación del Ferrocarril de Paraguarí: Líder Efraín González, quien me facilitó amablemente documentos y fotos inéditas”.

Me gustaría que esta serie se conozca internacionalmente y lo que sucedió en aquella época, e incluir en esas obras, por ejemplo, figuras como al poeta Manuel Ortiz Guerrero —cuya historia me llena y siento una conexión con el vate y sus líricas—, a Agustín Barrios, y todo aquello que represente al país. He pintado desde el Taj Mahal, la Torre Eiffel, sobre temática egipcia y ahora me aboco a lo local. Me considero un nacionalista. En esta serie hay un fanatismo que siempre quise manifestar. Una obra te puede inspirar más o menos que otra; a mí, el patriotismo me inspira y motiva al cien por ciento, es como un éxtasis”, asegura.

Tricubismo en proceso

Define su estilo como Tricubista, aunque reconoce que esta técnica aún está en fase de perfeccionamiento. “Mi estilo es una mezcla de impresionismo y surrealismo —actualmente—, pero estoy desarrollando ahora un estilo propio para llegar a mi cúspide personal que sería el Tricubismo”, finaliza. Al contemplar sus obras, se intuye que lo logrará.

Sobre el artista

Ariel Romero nació en Asunción el 27 de julio de 1982. Participó de manera activa en exposiciones, muestras y conferencias en galerías y centros culturales de diferentes ciudades como ser: Centro Paraguayo Japonés (CPJ), Casa Hassler (San Bernardino), Centro Cultural Balderrama (Luque), Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA), Manzana de la Rivera, Nueva Acrópolis Asociación Cultural, Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP), Hotel Sheraton, Salón Cultural de la Terminal de Ómnibus, Centro Cultural El Lector, entre otros.

En el exterior expuso sus obras en Alicante, España. Una colección suya denominada Homenaje a Gandhi, Martin Luther King y Daisaku Ikeda se halla expuesta en el Museo Fuji, Japón.

Actualmente, se pueden apreciar sus obras en el Hotel Maison Suisse, ubicado en Malutín 482.

Sepa más en www.ariusromero.com

viviana.insaurralde@abc.com.py 

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