62° Aniversario Ciudad del Este

Memorias vivas de la capital esteña

La capital del Alto Paraná tiene la fortuna de contar con las memorias vivas de los protagonistas de su origen. Entre ellos están Elseario Antonio Alcorta Cubas (83), Miguel Ángel García (91) y Leopoldina Matiauda viuda de Blanco (83). Llegaron al inhóspito y selvático Alto Paraná persiguiendo sus prometedores sueños.

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Uno de los pioneros más emblemáticos es el suboficial mayor Elseario Antonio Alcorta Cubas. Integró la tripulación del navío “Capitán Cabral” en el que llegaron los fundadores de Ciudad del Este.

A sus 83 años, don Alcorta Cubas recuerda que llegó a esta zona como segundo maquinista del barco, que quedó en Ciudad del Este por dos años y siete meses y luego fue llevado a Asunción. El grupo era dirigido por el comandante Tomás Galeano.

La tripulación estaba conformada por 36 personales, incluido el comandante, los maquinistas, el cocinero y un peluquero.

Alcorta relata que navegar por aguas del Paraná fue muy peligroso por la profundidad del río, que llegaba a más de 105 metros en aquellos años. Lo más impresionante para la tripulación al pisar tierra fue el silencio y la exuberante selva que encontraron. “Había un silencio total donde solo se escuchaba a los animales. Jamás imaginamos que una zona tan boscosa podría convertirse en un polo comercial tan importante como el que es ahora Ciudad del Este”, señala.

El ex maquinista es uno de los últimos sobrevivientes de esa tripulación que fundó por entonces Puerto Presidente Stroessner. Considera que él y los demás pioneros de la ciudad merecen atención y apoyo de las autoridades.

“A este pueblo yo lo vi nacer. Los pioneros somos la memoria de esta metrópolis, pero las autoridades no nos dan el valor que merecemos. Necesitamos más afecto, más cariño porque en vida hay que dar”, reclama.

Pide una pensión del Estado para que pueda llevar una vida más digna, ya que en su caso es un humilde trabajador que vive en una sencilla casa de madera en el Km 10 Monday.

El año pasado, el pionero presentó en la Junta Municipal un pedido para que la historia de Ciudad del Este sea incluida en la malla curricular para que pueda ser estudiada en las escuelas del distrito.

“Es necesario que los habitantes de esta ciudad conozcan el pasado del municipio. Tenemos una rica historia de la cual poco o nada conocemos. Tenemos que conocer lo que tenemos para amarlo, y eso es lo que falta impulsar en los estudiantes jóvenes”, expresó.

Primer comisario, abrió caminos con azada y machete

Don Miguel Ángel García tiene (91) y fue el primer comisario que tuvo en sus inicios Ciudad del Este. Estuvo a cargo de 50 oficiales y con su equipo trabajaron durante cuatro años para abrir importantes caminos en la zona, utilizando machetes, azadas y otras herramientas rudimentarias.

Llegó a tierra paranaense en el año 1940 y se dedicó a la apertura de caminos y control de obras, primeramente en la zona de Presidente Franco. Luego fue comisionado para trabajar en tierra esteña, cuando apenas comenzaba a nacer la capital departamental.

“Estuve en la fundación de Ciudad del Este, abrimos varios caminos, acompañamos la construcción de Puertos, del Puente de la Amistad y vi nacer y florecer el microcentro”, cuenta don Miguel.

La avenida Perú fue una de las principales calles abiertas, con machetes, azadas, picos y otras herramientas básicas, un tiempo antes de la fundación de la llamada “Ciudad Presidente Stroessner”.

Don Miguel fue jefe de Gendarmería en su momento y vivió muy de cerca todo el proceso de nacimiento de Ciudad del Este. En su relato, cuenta parte de las travesías para abrir caminos en medio de la gran selva.

“Trabajamos durante dos años, entre 56 oficiales para abrir la avenida Perú. Todo lo hacíamos a puro pulmón, con nuestras propias manos porque en ese tiempo no existían maquinarias”, recuerda.

Además de esa vía, dijo que con su equipo abrieron la zona boscosa donde se instalaría el aeropuerto Alejo García. También prepararon el terreno para habilitar varias otras calles aledañas al lugar céntrico esteño.

Inolvidable

El pionero menciona que nunca olvida esos años en que custodiaba la zona de obras cuando se construía el Puente de la Amistad. Vio gran cantidad de obreros heridos mientras levantaban la histórica pasarela. Al término de la obra dice que comenzó la llegada masiva de extranjeros, en su mayoría con las manos vacías y se enriquecieron en esta tierra fértil para el comercio.

“Los paraguayos le ayudábamos a muchos turistas que llegaron sin nada. Fuimos hospitalarios con estos extranjeros que se hicieron millonarios en tierra esteña”, rememora.

El hombre adoptó a Ciudad del Este como su tierra, ya que nació y creció en San Estanislao (Dpto. de San Pedro). Dijo que esta zona aún tiene mucho potencial que explotar.

Vio crecer la ciudad

Doña Leopoldina Matiauda viuda de Blanco (83) llegó a suelo esteño cuando comenzaba a crecer. Rápidamente se enamoró de la ciudad por su exuberante belleza natural. La mujer afirma ser sobrina del expresidente Alfredo Stroessner y es reconocida como una gran luchadora social.

“Ña Leo”, como muchos la conocen, es conocida por su incansable luchas por resguardar una importante reserva natural, donde se encuentra el Lago Yrendy, considerado uno de los sitios más bellos de Ciudad del Este.

La mujer es una pionera en lucha social. Trabajó por años para alimentar a sus vecinos en un comedor comunitario y fundó la escuela Amigos del Lago Yrendy. Vivió de cerca la construcción de Puertos, donde su marido Amós Blanco trabajó desde su habilitación.

Acompañó el nacimiento del Mercado de Abasto de Ciudad del Este y la formación de numerosos barrios de la ciudad.

La mujer comenta que lo más valioso que tiene Ciudad del Este son sus reservas de áreas verdes.

Entre sus anécdotas recuerda el inicio de la llegada masiva de extranjeros de varios países y que instalaron pequeños comercios.

“Era impresionante ver a tantas culturas en un mismo lugar. Desde el inicio de esta ciudad se notó la hospitalidad que los paraguayos teníamos para con los extranjeros”, destaca.

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