Impactos económicos y sociales de los incendios forestales: efectos en todas las escalas

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Desde la mirada económica, que se caracteriza por un esfuerzo en contabilizar, valorizar y medir casi todos los eventos, pueden ser analizados los costos e impactos. En este sentido, la serie de incendios forestales primero y luego en menor medida la quema de pasturas ganaderas, no escapan al cálculo de los costos económicos. Pero sobre todo de los efectos directos e indirectos y a diferentes plazos. En efecto, la complejidad de los recursos naturales, el valor de uso de los mismos, así como el valor de la biodiversidad, dificultan significativamente una cuantificación real e integral de los cuantiosos daños económicos originados por los incendios.

Los diferentes biomas del Chaco, como por ejemplo, el bosque de zonas secas y húmedas, tales como los que se encuentran en el departamento de Alto Paraguay, tienen comportamientos diferentes ante los incendios. Una característica de la quema forestal es que puede mutar sus zonas de afectación de forma muy rápida a causa del viento, con una velocidad de penetración de alrededor de 50 kilómetros por día en los casos más graves, hacia la dirección que sopla el viento.

Se recuerda que el fuego se habría generado inicialmente en Bolivia, en la zona de San José de Chiquitos, para luego desplazarse en sentido noroeste-sureste y así ingresar a territorio paraguayo en la zona de Chovoreca. Los climatólogos han adelantado que las condiciones propicias para incendios forestales se mantendrían por lo menos hasta el mes de octubre en nuestro continente. Este dato agrava aún más la situación del Chaco especialmente, aunque también se han generado focos de fuego de consideración en la región Oriental.

Origen y 200.000 hectáreas de bosques en el Chaco

Los incendios forestales suelen tener varios orígenes. Éstos pueden ser naturales o de combustión espontánea, así como también los generados por prácticas tradicionales de quema de campos, entre otros. Pero en los términos exclusivamente económicos, estos siniestros son más relevantes por sus consecuencias para la biodiversidad y para los sistemas productivos. El fuego en los bosques, que desde hace algunas semanas afecta a varias zonas del continente, tendrá serias consecuencias sobre los recursos naturales así como para el sector ganadero de forma directa y por un periodo de tiempo relativamente prolongado.

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La porción norte del Chaco ha sido la primera afectada por los incendios forestales. Como se mencionó, se habían iniciado en Bolivia e ingresaron al territorio nacional por efecto de los vientos dominantes, que tienen una orientación norte-sur. Hasta esta semana, según el Instituto Forestal Nacional y la Secretaría de Emergencia Nacional, se estima que más de 200.000 hectáreas de bosques han sido afectadas por las llamas, solo en el Chaco paraguayo. Mientras que la cifra asciende a más de un millón de hectáreas, si se agregan las zonas del Chaco boliviano.

En la región Oriental también aparecieron focos de incendios de consideración, generalmente sobre pasturas ganaderas y en los últimos días sobre extensas plantaciones de caña de azúcar, en el distrito de Bella Vista Norte, del departamento de Amambay.

El cálculo monetario de servicios ambientales es complejo y depende de las características de cada tipo de ecosistema, los productos maderables e incluso el valor de mercado de la captura de carbono. En el caso de los incendios forestales se podría también contabilizar económicamente las externalidades negativas por la emisión de gases.

Paradójicamente, el fuego ha impactado con mucha fuerza a la economía del Chaco en este 2019. Primero, fue el incendio de parte de las instalaciones industriales del frigorífico Chortitzer y, en el último mes, los incendios forestales y de pasturas.

La situación actual de los incendios en Sudamérica

En los últimos años, los incendios forestales se han convertido en un peligro emergente y continuo en Sudamérica. Estos incendios no solo causan daños significativos al ecosistema y su biodiversidad, sino también tienen enormes impactos sociales y económicos para las comunidades que las rodean.

De acuerdo con los datos provistos por la Cruz Roja Internacional, el número de los incendios forestales a la fecha, en lo que va del año, ha superado significativamente las cifras para el mismo período, en los últimos cuatro años.

De enero a agosto de este año, el país sudamericano más afectado por el aumento en el número de incendios forestales ha sido Brasil, con 75.336 (aumento del 85%); le siguen Venezuela, con 26.491 (incremento del 19%); Bolivia, con 17.154 (variación del 114%); Perú con 5.681, (aumento del 104%); y Paraguay, con 9.861 (alza del 7%).

La ocurrencia de El Niño-Oscilación del Sur, ENOS o ENSO (inglés), ha contribuido a una disminución de la lluvia en varios lugares, lo que a su vez causa sequías e importantes reducciones de agua en bosques. La quema ilegal de campos y cultivos complica esta situación y aumenta el riesgo de incendios forestales.

Impacto regional

En las últimas dos semanas se han producido incendios forestales principalmente en Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú, que cubren grandes áreas de bosques y campos.

Recientemente se ha prestado atención a los incendios forestales en el Amazonas, una vasta región del centro y norte de América del Sur, que comprende la selva tropical de la cuenca del río Amazonas y es considerada el pulmón mundial, ya que produce el 20% del oxígeno en el planeta, además de tener el 50% de las variedades de flora en el mundo y una extensa fauna. Hasta la fecha, no se han registrado pérdidas humanas debido a los incendios forestales de este año. Sin embargo, el fuego ha afectado la biodiversidad, la fauna, la flora y ha generado un impacto negativo en el ecosistema y en las economías de las regiones, cuyos impactos directos aún no se han podido contabilizar.

El riesgo actual es la propagación de estos focos forestales en Brasil, Bolivia, Paraguay y Perú, lo que aumentarían los peligros e incrementarían significativamente los costos económicos y sociales para las poblaciones nativas, los pueblos indígenas, así como otros habitantes de estas regiones y las comunidades cercanas. Los países sudamericanos están uniendo esfuerzos para controlar y mitigar el desastre ocasionado por los incendios forestales actuales.

El impacto en el Amazonas puede causar importantes alteraciones en los niveles de humedad y lluvia en la región, lo cual puede conducir a un aumento de las zonas de sequía impactando la capacidad productiva de región. Los incendios han afectado a gran parte de la población brasileña. El impacto de los incendios no solo ha alcanzado a los estados de Amazonas y Acre, sino que se han extendido a los estados de Mato Grosso do Sul y Paraná. La ciudad de São Paulo también se ha visto afectada por el humo. La magnitud del desastre podría amenazar áreas adyacentes de Perú, Bolivia y Paraguay. El presidente de Brasil emitió un decreto que autoriza a las fuerzas armadas que lideren los esfuerzos de respuesta ante los incendios en las zonas afectadas de la Amazonía brasileña. En comparación con las cifras de 2018, desde principios de año hasta la fecha, Brasil tuvo un aumento del 85% en la cantidad de quemazones.

En cuanto a Bolivia, los incendios forestales han afectado más a Santa Cruz (principal zona agrícola), y otra de las zonas más afectadas ha sido el departamento de Robore. El gobierno de Evo Morales ha decretado “Desastre Departamental”, para movilizar recursos humanos, técnicos y logísticos para la atención del incendio forestal.

En Perú se han reportado 128 incendios forestales, principalmente en los departamentos de Ayacucho, Cusco, Amazonas y Madre de Dios.

En Paraguay, el Senado aprobó una declaración de emergencia para los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón, debido al efecto de incendios forestales en el área que limita con Bolivia y Brasil.

La Secretaría de Emergencia Nacional y el Instituto Forestal Nacional están liderando las acciones para responder a los incendios forestales. El Ministerio de Salud ha alertado que los centros de salud reciben pacientes con serios problemas respiratorios y como consecuencia del humo denso.

No obstante, mientras el mundo observa con miedo los incendios en la selva amazónica de Brasil, las imágenes satelitales muestran un número mucho mayor de fuego en el continente africano. La NASA ha llamado a África el “continente de fuego”, ya que es donde ocurren al menos el 70% de los incendios promedios. Angola, por ejemplo, tuvo casi tres veces más incendios que Brasil, en el mes de agosto. De acuerdo con las imágenes satelitales de la NASA, se corroboran alrededor de 6.000 focos en Angola, más de 3.000 incendios en el Congo y poco más de 2.000 en Brasil.

Aunque Angola y el Congo dominan la cantidad de focos de fuego, a menudo ocurren en zonas escasamente boscosas y en campos cultivados por pequeños agricultores, lo que hace que sean menos preocupantes por la deforestación que los del Amazonas. Los incendios de la sabana boscosa liberan dióxido de carbono, pero dentro de un año las plantas vuelven a crecer, absorbiendo gran parte del carbono de la atmósfera nuevamente. Cuando los incendios se empujan hacia la quema de bosques tropicales, los árboles mueren y el dióxido de carbono sube y no regresa al sistema rápidamente.

Impactos económicos

En Paraguay los productores ganaderos y agrícolas aún no han podido evaluar las pérdidas, pues deben luchar contra las llamas que se expanden y cambian de dirección e intensidad al ritmo de los vientos dominantes.

Es prematuro establecer de forma exacta los impactos de los incendios. Sin embargo, podrían ser estimados los efectos con los que deben cargar los productores y organismos del Estado para luchar contra los incendios forestales y quemas de campo. La extrema necesidad de los productores ganaderos ha llevado a realizar prácticas arriesgadas y bastante atípicas, como la de llevar a los animales a pastar a las zonas en riesgo de incendio (zona de Chovoreca), de forma a disminuir la cantidad de pasto que entraría en combustión de expandirse el fuego.

Por el lado de esos productores del Chaco, en algunas zonas puntuales se han perdido pasturas e inversiones físicas como alambrados, bebederos, entre otros. En la región Oriental el daño se ha producido en pasturas y cultivos de caña de azúcar.

Finalmente, en un año bastante crítico para la agricultura y la ganadería, los incendios forestales, de pasturas y de cultivos terminan por agravar la situación económica de uno de los sectores de mayor relevancia para la economía del país. Ante este escenario, el Gobierno debe reforzar sus planes de acción para mitigar los efectos sociales y económicos que ya comenzaron a reportarse en todo el país.

Los climatólogos han adelantado que las condiciones propicias para los incendios forestales se mantendrían por lo menos hasta octubre en nuestro continente. Este dato agrava aún más la situación del Chaco especialmente, aunque también se desataron focos de consideración en la región Oriental.

Una característica del fuego en los bosques es que puede mutar sus zonas de afectación de forma muy rápida a causa del viento, con una velocidad de penetración de alrededor de 50 kilómetros por día, en los casos más graves, hacia la dirección que sopla el viento.

Hasta la semana que pasó, según el Instituto Forestal Nacional y la Secretaría de Emergencia Nacional, se estima que más de 200.000 hectáreas de bosques han sido afectadas por las llamas, solo en el Chaco paraguayo. La cifra asciende a más de 1.000.000 de hectáreas, si se agregan las áreas del Chaco boliviano.