Recordemos que la ANDE contrató en 2017 de Itaipú 1.270 MW medios; en el 2018, también el mismo valor –1.270 MW medios– y para el corriente año un valor de 1.333 MW medios.
A estos cifras contratadas correspondió en el 2017 una cantidad de energía de 13.213 GWh/año, en el 2018, 13.231 GWh/año.
Según estimaciones, para el corriente año, correspondería un valor de 13.711 GWh/año, siempre de acuerdo con los valores de contrato más arriba citados y considerando el caudal promedio histórico.
Los registros indican que en el 2017 la ANDE retiró de Itaipú 13.450 GWh/año de energía, en el 2.018 retiró 15.100 GWh/año. La estimación para el año 2019 es de 15.800 GWh/año, salvo ajustes operativos que podrían estar siendo procesados ahora.
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Con estas informaciones podemos concluir que la ANDE, en el 2017 retiró por encima de su contrato en torno a 237 GWh/año; ya en el 2018, retiró de más 1.867 GWh/año. Las previsiones indican que en el corriente ejercicio estaría retirando de más en torno de 2.000 GWh/año más, salvo ajustes que podrían procesarse ahora.
Estos valores de energía a más pueden ser contabilizados y titulados como energía proveniente de los excesos de potencia en Itaipú (superiores a 700 MW por unidad generadora ) a la cual la ANDE tiene acceso preferencial, pero que no están disponibles en la cantidad necesaria para cubrir los valores de energía retirada a más por la ANDE.
La otra fuente de retiro de potencia y energía es de la parcela contratada por Eletrobras, situación prevista en los acuerdos vigentes, dentro de ciertos parámetros estipulados entre ANDE y Eletrobras, sin embargo nunca próximo a los valores requeridos en el año 2018.
El desvío registrado en el año 2017, de 237 GWh/año, podría considerarse razonable, sin embargo, ya señaliza el no aumento por parte de la ANDE de su potencia media anual contratada, algo normal y necesaria para la atención del crecimiento vegetativo de su sistema. Recordemos que la potencia media contratada por la Ande en el año 2016 también fue de 1.270 MW medio.
En el año 2018 se observa que el desvío aumento aproximadamente ocho veces con relación al del 2017 y fue de 1.867 GWh/año, cantidad de energía que solo pudo haber sido retirado, en su mayor parte, de la parcela correspondiente a la Eletrobras.
Es el resultado de que la ANDE haya mantenido nuevamente su contrato anual en 1.270 MW medios y operado su sistema como si el contrato fuera mayor.
Una de las consecuencias de esta insólita situación en que la ANDE se embarcó es que la Eletrobras se negó a pagar la suma de aproximadamente 54 millones de dólares a la Itaipú binacional por la energía del ejercicio 2018, argumentando que dicho monto es el costo de la energía retirada por ANDE de su propiedad. Es decir, asociada a su contrato y contabilizada de acuerdo a los criterios vigentes, inclusive hasta hoy.
Esta situación fue corroborada por uno de los técnicos de Itaipú, que declaró ante la Comisión Bicameral de Investigaciones del Congreso, que Itaipú ya habría compensado a la Eletrobras por este hecho, que, de ser verdad, es totalmente irregular, como mínimo.
Para el 2019, según está previsto en la propuesta de ANDE, de 1.333 MW medios, se estima que retiraría de la parcela de Eletrobras en torno de 2.000 GWh/año, salvo ajustes que podrían estar siendo realizados ahora.
Ante esta situación, el Brasil solicitó una reunión entre las Cancillerías, para tratar el tema y aprovechando la ocasión, incluyó otros asuntos de su interés. Los resultados son de público conocimiento.
La pregunta que surge luego de este análisis de datos es la siguiente, ¿por qué se insistió en una postura que no está acorde a lo establecido en las directivas de los años 2002 y siguientes?
Más aún faltando apenas cuatro años o menos para que el precio de la energía de Itaipú se reduzca en un 60%.
¿Cuál fue la motivación para que la ANDE insista en este conflicto, que en la historia de 35 años de operación de la central Itaipú nunca se registró?
Se podría pensar que esto se hizo de propósito, con el objetivo de forzar la convocatoria a una mesa de negociación anticipada, sin muchos preámbulos y en la que lo importante sería la inclusión el famoso” punto 6”, que permitiría, según sus entusiastas impulsores, la venta de energía de Itaipú a privados, en el Brasil, evitando las restricciones establecidas en el Tratado de Itaipú y sus Anexos.
En ese sentido hemos leído declaraciones de especialistas pontificando que si se hubiera incluido el “punto 6”, el Acta Bilateral no sería entreguista.
Otro declaró en la propia Comisión Bicameral de que estaba convencido de que los brasileños habrían aceptado la inclusión del “punto 6”, por que se les concedió todo lo solicitado por ellos en el Acta Bilateral, léase manejo del embalse y otros en perjuicio de la República del Paraguay.
Así las cosas, podemos decir que las autoridades y técnicos que estuvieron involucrados en este tema, de una u otra manera, y muy especialmente los representantes de la ANDE, por ser los actores principales de lo sucedido, tienen mucho que explicar a la ciudadanía.
Con esto no excluimos de sus responsabilidades a los demás participantes, quienes con su silencio, desde los altos cargos que ocupan u ocupaban, avalaron este gravísimo hecho que podría ser considerado como un intento de estafa en contra de los intereses de la nación paraguaya.
Todos no dudaron en poner en riesgo la soberanía energética a cambio de negociados excusos para beneficio de un pequeño grupo de privilegiados .
Continuaremos
(*) Ingeniero Electricista. Jubilado ANDE. Presidente AISEP
