Por su parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también publicó la actualización de sus perspectivas de crecimiento económico mundial, para 2020, que se ubicaría en 3,3%. Este resultado estaría apuntalado, principalmente, por la primera fase del acuerdo comercial entre Estados Unidos y China e indicios de estabilización en la actividad manufacturera.
Para América Latina y el Caribe (ALC) ambos organismos coincidieron en pronosticar una débil recuperación. Así, este año, el crecimiento se ubicaría entre 1,6% (FMI) y 1,8% (BM).
Sin embargo, pocos días después aumentaron de manera exponencial los casos de covid-19, que se originó en China, y alteró el contexto internacional.
Incidencia en mano de obra y suministros
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El FMI señala que el impacto del covid-19 ya es visible en varios países afectados por el mismo. Por el lado de la oferta, observan una reducción directa en la oferta de mano de obra proveniente de los trabajadores que se encuentran enfermos, los que se quedan en casa al cuidado del paciente y/o los niños, y de los que se encuentran bajo un régimen de distanciamiento social y/o cuarentenas. Además, las empresas están enfrentando dificultades para obtener los suministros que requieren, ya sean a nivel nacional o internacional. Ambos factores conllevan al aumento en los costos comerciales de las empresas, y constituyen un choque negativo de productividad, que reduce la actividad económica.
Por el lado de la demanda, el FMI observa pérdida de ingresos, ya que el miedo al contagio y la mayor incertidumbre generan que las personas gasten menos. Por tanto, se pueden tener escenarios donde los trabajadores serían despedidos, ya que las empresas no pueden pagar sus salarios. Estos efectos podrían ser mayores en sectores como turismo y hotelería. Asimismo, el empeoramiento de la confianza de los consumidores y de las empresas puede llevar a que éstas últimas reduzcan sus gastos e inversiones, lo cual exacerbaría el cierre de negocios y la pérdida de empleos. Este contexto genera que los costos de endeudamiento aumenten y las condiciones financieras se endurezcan, ya que los bancos estiman que los consumidores y las empresas no pueden pagar sus préstamos de manera oportuna. Una reducción del crédito podría magnificar la desaceleración derivada de los choques de oferta y demanda.
El FMI añade que cuando estos choques se sincronizan en muchos países, los efectos pueden amplificarse aún más a través del comercio internacional y los vínculos financieros, afectando la actividad global y presionando a la baja el precio de las materias primas.
Las estimaciones preliminares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) apuntan a que el covid-19 tendrá un impacto negativo sobre el crecimiento mundial de 0,5 puntos porcentuales en el año 2020. Sin embargo, si la enfermedad se expande a través de Asia – Pacífico y el hemisferio occidental, el efecto podría ser de -1,5 puntos porcentuales.
Para S&P Global Ratings el impacto global del covid-19 redujo el escenario base de crecimiento global del PIB, de 3,3%, en 0,5 puntos porcentuales, suponiendo que la epidemia disminuya en el segundo trimestre.
Por su parte, el 9 de marzo, McKinsey & Company publicó dos escenarios de crecimiento económico. El primero, de rápida recuperación (forma de V), sitúa el crecimiento mundial en 2,0%. El segundo, de desaceleración global (forma de U), lo ubica entre 1,0% y 1,5%. Para América Latina sería de 1,1% y 0,2%, respectivamente.
Similarmente, Morgan Stanley estima que el crecimiento económico mundial estará alrededor de 0,9%, en tanto que el pronóstico de Goldman Sachs es de 1,3%.
La irrupción del covid-19 podría verse como un choque transitorio. Sin embargo, el efecto social que podría generar, a través de la pérdida de ingreso y de fuentes de trabajo, se puede traducir en un choque permanente.
En esta entrega MF Economía presenta los impactos económicos de la pandemia y la respuesta de política, tanto en el ámbito internacional como local.
