Pensemos en grande y lejos: Paraguay como una gran zona franca

La combinación de factores y circunstancias que caracterizan a lo que a diario ocurre es la coyuntura, la misma que muchas veces no nos deja concentrarnos en los temas y las propuestas de fondo. Resulta necesario mirar hacia el futuro con elevado sentido aspiracional. Solo así en Paraguay podrán llevarse a cabo las transformaciones para dar el salto hacia la modernidad.

Víctor Pavón (*)
Víctor Pavón (*)Archivo, ABC Color

Cargando...

En ocasión de esta pandemia, por tanto, requerimos aquello que bien puede ser sintetizado en las palabras de Ortega y Gasset: “Solo cabe progresar cuando se piensa en grande, solo es posible avanzar cuando se mira lejos”.

El tema viene a colación por la reciente noticia acerca de la mayor inversión privada del país. Es la construcción de una planta de celulosa de nivel mundial en el departamento de Concepción por la suma de US$ 3.500 millones que empieza a movilizar a 200 pequeñas y medianas empresas con un efecto multiplicador sobre el empleo que contratará a más de 8 mil personas.

Esto es un ejemplo a seguir. Está muy bien lo que el Gobierno hace por su parte dejando que la iniciativa privada se instale en la zona. Sin embargo, si lo anterior está muy bien y lo debemos celebrar, considero que debemos ir todavía más.

Debemos pensar en grande, avanzar mirando lejos. Debemos aspirar alto y empezar a hacer cambios monumentales. Esto significa no solo abrir estas zonas francas en determinados lugares de nuestro territorio, sino que hacer de nuestro país un territorio atractivo para las inversiones nacionales y extranjeras.

¿Qué podemos perder? Nada. ¿Qué podemos ganar? Mucho. Más todavía cuando se sabe que el Producto Interno Bruto (PIB) seguirá topeando el 4% anual e incluso menos en atención a la incertidumbre local como internacional.

Ese 4% del PIB es absolutamente insuficiente. Nuestro país debe crecer cuanto menos al 8% anual. Al emitir la señal de que en el Paraguay se puede invertir y realizar mejoras y no solo para exportar como se pretende muchas veces, sino también para atraer capitales de amplia y positiva repercusión sobre los salarios de los trabajadores y las ganancias empresariales, estaremos dando un paso nunca antes hecho en nuestra historia.

La fórmula

Bajos impuestos, menos burocracia y seguridad tanto física como jurídica en su sentido amplio, en un breve plazo elevará el retorno del capital maximizando la rentabilidad de las empresas en un proceso en el que también se beneficiará el fisco en sus recaudaciones.

Y esto comparado con lo que está ocurriendo en países como Argentina donde el capital empieza a huir por la incertidumbre y las equivocadas medidas de su gobierno, pues aquí en Paraguay esas inversiones son bienvenidas y plenamente garantizadas.

No obstante, hay que insistir en que una idea posible como expresada aquí y a diferencia de lo que todavía algunos creen, una zona franca en donde se practique el comercio libre requiere de instituciones firmes y consolidadas. No es posible hacer fructificar una economía abierta interna y externamente sin un gobierno garante de la seguridad jurídica, los contratos, la propiedad privada y lo atinente a las inversiones que llevan a cabo los individuos y las empresas.

El modo en que se ha venido procediendo en estos años no ha dado el resultado requerido. Y si bien se hicieron algunos cambios que volvieron atractivo al país en un entorno regional adverso para las inversiones –como la estabilidad monetaria y la sostenibilidad fiscal que, por cierto, los podemos perder si no hacemos los cambios como lo expresado en esta nota- todo ello es insuficiente.

De hecho y para ir directo sobre el punto, la pandemia desnudó a cuerpo entero la debilidad de nuestras instituciones en la gestión gubernamental. Y lo hizo de una manera tal que lleva a la muerte a nuestros compatriotas. ¡Acaso hay mejor lección que la que hoy tenemos! Los hechos hablan por sí solos. El papel de los gobiernos en entorpecer y molestar la iniciativa de millones de emprendedores no ha hecho más que hacernos perder tiempo y recursos.

Lo mismo de siempre

Si se pretende seguir elevando la presión tributaria sin consideración alguna a la economía y se sigue con la politiquería en donde los que se presentan a ocupar cargos es para decirnos que su objetivo es seguir redistribuyendo más dinero de unos para otros, entonces estamos en un círculo no solo perverso sino también peligroso.

Nos vienen diciendo y repitiendo que cuanto más dinero el político y el burócrata cuente a su disposición, la vida de la gente mejorará y ¡esto no es cierto! Si se pretende como parece ser tener un plan con proyectos de ley que solo hablan de la justicia social y la redistribución de la riqueza sin tomar en cuenta lo que le ocurre a diario a la gente, pues lo que se está haciendo es retrasar las grandes reformas que necesitamos como también perpetuar los problemas de siempre.

Nada puede ser más perjudicial para la prosperidad de un país que sus dirigentes tengan el propósito de elevar la participación del Estado mediante más impuestos, más regulaciones, más burocracia, disponiendo de más dinero para redistribuirlos entre los pobres. Esta es una noción populista que termina por destruir el sentido moral de la persona beneficiada que de ese modo termina rindiéndose ante la seducción del dinero fácil y sin responsabilidad.

Escapar de la inmundicia

Cualquiera sea el Estado con el respectivo gobierno que tengamos y me refiero del signo político que fuera, en ningún modo puede suplantar la iniciativa, el esfuerzo, la inversión y la división del trabajo en un mercado libre donde personas y empresas colaboran para disponer de más bienes y servicios. El gobierno, cualquiera sea, no cuenta con los recursos y nunca los tendrá a su disposición para eliminar la pobreza, el desempleo o repartir tierras para los ocupantes de propiedades privadas.

En realidad si hay algo que en estos años se ha venido probando es que el Estado como tal no solo no dispone de un solo guaraní que previamente no le haya sacado a la gente, sino que igualmente la sustracción del dinero hecho de modo coercitivo termina en elevar la corrupción y en riquezas mal habidas de aquellos que precisamente “administran” el dinero de otros.

Lo que hoy tenemos es el avance de la consolidación infame de la “industria de la pobreza y la dependencia” de la politiquería. La pobreza y el desempleo no se deben a que el paraguayo es haragán como siguen diciendo los que así les conviene para alzarse con la dirección de esas personas en situación de vulnerabilidad; se debe a que sus gobernantes disponen malas ideas contra sus prójimos para mantenerlos en la mendicidad y la informalidad.

Y lo expresado no es solo un tema económico y político que desde luego lo es. Es un tema de orden moral. Los problemas sociales que afectan y hasta destrozan a las familias se deben a la destrucción de la educación inicial y las barreras puestas para la creación de empleos, todo ello ocasionado por las malas ideas estatistas que sobrevaloran el rol del Estado sobre las personas.

El Paraguay debe mirar lejos con un elevado sentido aspiracional. Este es el modo de escapar de la modorra, la pasividad, la inmundicia, el daño y la corrupción del estatismo prevaleciente de los que nos tienen acostumbrados los políticos que buscan seguir viviendo a costa de los demás. Hagamos del Paraguay una amplia zona franca para atraer y radicar inversiones nacionales y extranjeras.

(*) Catedrático de materias jurídicas y económicas en UniNorte. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”; “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la Libertad y la República”.

Inversión

Debemos aspirar alto e iniciar a hacer cambios monumentales. Abrir zonas francas en ciertos lugares del territorio y ser atractivos para la inversión.

Corrupción

Es el modo de escapar del letargo, pasividad, inmundicia, corrupción y daño del estatismo prevaleciente a los que nos tienen acostumbrados los políticos.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...