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Pero, el incumplimiento una vez más por parte del Brasil de lo que promete no debe resultarnos extraño, dado que la Nota Reversal del 1° de setiembre de 2009, en la cual se acuerda aumentar el monto de la compensación por energía cedida, fue firmada sin fecha de entrada en vigencia. Tampoco hay que olvidar que el 2010 es un año eminentemente político para el Brasil, con elecciones en el mes de octubre. Esta situación complica ostensiblemente la aprobación del mencionado documento que "beneficia" al Paraguay. Ya lo había adelantado Dilma Rousseff, candidata oficialista del centroizquierda Partido de los Trabajadores, que a pesar de que el Acuerdo con Paraguay sería enviado al Congreso brasileño para su aprobación, creía ella que el mismo tendría dificultades para su tratamiento, dado que se avecinan las elecciones brasileñas.Sentenció la delfín oficialista para las presidenciales que "
Brasil cedió mucho con el nuevo acuerdo firmado entre Lula y Lugo en el mes de julio en Asunción
". Reconocemos que el Brasil cedió mucho, pero que cedió muchas "PROMESAS" en el Acuerdo de julio. Realmente, ninguno de los puntos prometidos ha tenido un avance sustancial. Resaltamos que las promesas mencionadas solamente constituyen el aumento de las migajas que actualmente entrega el Brasil. Aparte, conociendo las jugadas brasileñas en Itaipú, luego de sus elecciones vendrá una nueva excusa (ingreso de Venezuela al Mercosur), y así sucesivamente hasta llegar al 2023, fecha en que vence el Tratado de Itaipú, y se precisa renovarlo bajo nuevas circunstancias.
La Nota Reversal suscripta entre comillas "beneficia" al Paraguay, porque hartamente hemos repetido que el aumento de la compensación de US$ 100 millones a US$ 360 millones al año por energía cedida vulnera el espíritu central del Tratado de Itaipú, el cual en el Acta de Foz de Iguazú de 1966 establece "precio justo". Comprendamos que "precio justo" dista kilómetros de años luz de la triste "compensación por energía cedida", la cual actualmente es utilizada por los brasileños.
Entendamos de una buena vez que precio justo no es US$ 360 millones de compensación, sino una suma mucho más superior, y ligeramente inferior por ejemplo, al contrato que han suscripto recientemente el Ejército del Brasil y la Empresa Fiat Iveco de Italia, para la fabricación de 2044 carros blindados a un costo de US$ 3.500 millones.
Brasil se empecina en su actitud imperialista de no otorgar lo que genuinamente nos corresponde como socios condóminos del emprendimiento. Hemos aportado la mitad del agua necesaria (sin mencionar el litigio de límites en los Saltos del Guairá, los cuales eran paraguayos, y con ello también el sector donde hoy se asienta la represa); así también los US$ 50 millones de capital inicial para la construcción de la presa, e inclusive hemos diferido nuestra compensación para el futuro, mediante la Nota Reversal del año 1986. Es decir, hemos aportado con mucho más que el agua.
Por eso es importante advertir que, realmente, el no cumplimiento de la Nota Reversal por parte del Brasil conviene finalmente al Paraguay, tomando siempre la máxima que establece que " no hay mal que por bien no venga ".
La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados legisla ampliamente sobre los Tratados suscriptos entre Estados, y una lectura mínima del citado documento nos lleva a concluir que el Paraguay se encuentra inmerso dentro de las circunstancias previstas para una demanda internacional ante la Corte Internacional de Justicia.
Temas como la irregularidad de procedimiento en el incumplimiento del Tratado al vulnerar el precio justo (Art. 26), interpretación manifiestamente dolosa a favor de una de las partes (Art. 31 inc. 2), discordancia de interpretación atribuida a una de las partes en cuanto a los términos "precio justo" y "compensación", el cual otorga un resultado manifiestamente absurdo e irrazonable (Art. 32. inc "b"), capacidad de enmienda o corrección de los Tratados (Art. 39 y 40), Discordancia entre lo querido y lo realmente obtenido en cuanto al "Precio Justo" previsto en el Acta de Foz y la "Compensación" prevista en el Tratado, tratándose ello de dolo (Art. 49), coacción sobre un Estado por la amenaza o el uso de la fuerza Ocupación de Puerto Renato. Firma del Tratado bajo amenazas (Art. 52), violación de una disposición esencial para la consecución del objeto o del fin del Tratado (Art. 60 3 inc. "b"); son solo algunos de los argumentos que en manos de un patriótico y poderoso equipo de juristas paraguayos que defiendan a la patria y no claudiquen por prebendas o migajas al enfrentarse al Brasil convencerán al Tribunal de reencauzar el derecho en las relaciones binacionales en Itaipú.
Ojalá que este 2009, que ha pasado como el AÑO DE LAS PROMESAS del Brasil al Paraguay, haya servido para hacer entrar en razón a nuestras autoridades políticas y que comprendan que la vía de corrección jurídica y plena en Itaipú no se encuentra en la negociación eterna con los "socios imperialistas" que cometen el delito de despojo, sino en la Corte Internacional de Justicia ubicada en el centro de La Haya.
Para aquel que crea que las "negociaciones" con el Brasil avanzarán, recordemos que nos encontramos negociando con los herederos directos del Brasil imperialista del Conde DEu, protagonista del exterminio declarado del Paraguay en la Triple Alianza.
Deseo que el año 2010 sea el inicio de la interposición de nuestras demandas de Itaipú ante la Corte Internacional de Justicia, fundado en los artículos de la Convención de Viena para el Derecho de los Tratados. No será fácil, pero nada es imposible.
Recordemos que la justicia siempre llega, algunas veces tarda, pero llega. Pero para que llegue, tenemos que reclamar justicia en la instancia internacional correcta
(*) Profesor de la Facultad de Derecho
Universidad Nacional de Itapúa
Universidad Nacional de Asunción
La Nota Reversal suscripta entre comillas "beneficia" al Paraguay, porque hartamente hemos repetido que el aumento de la compensación de US$ 100 millones a US$ 360 millones al año por energía cedida vulnera el espíritu central del Tratado de Itaipú, el cual en el Acta de Foz de Iguazú de 1966 establece "precio justo". Comprendamos que "precio justo" dista kilómetros de años luz de la triste "compensación por energía cedida", la cual actualmente es utilizada por los brasileños.
Entendamos de una buena vez que precio justo no es US$ 360 millones de compensación, sino una suma mucho más superior, y ligeramente inferior por ejemplo, al contrato que han suscripto recientemente el Ejército del Brasil y la Empresa Fiat Iveco de Italia, para la fabricación de 2044 carros blindados a un costo de US$ 3.500 millones.
Brasil se empecina en su actitud imperialista de no otorgar lo que genuinamente nos corresponde como socios condóminos del emprendimiento. Hemos aportado la mitad del agua necesaria (sin mencionar el litigio de límites en los Saltos del Guairá, los cuales eran paraguayos, y con ello también el sector donde hoy se asienta la represa); así también los US$ 50 millones de capital inicial para la construcción de la presa, e inclusive hemos diferido nuestra compensación para el futuro, mediante la Nota Reversal del año 1986. Es decir, hemos aportado con mucho más que el agua.
Por eso es importante advertir que, realmente, el no cumplimiento de la Nota Reversal por parte del Brasil conviene finalmente al Paraguay, tomando siempre la máxima que establece que " no hay mal que por bien no venga ".
La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados legisla ampliamente sobre los Tratados suscriptos entre Estados, y una lectura mínima del citado documento nos lleva a concluir que el Paraguay se encuentra inmerso dentro de las circunstancias previstas para una demanda internacional ante la Corte Internacional de Justicia.
Temas como la irregularidad de procedimiento en el incumplimiento del Tratado al vulnerar el precio justo (Art. 26), interpretación manifiestamente dolosa a favor de una de las partes (Art. 31 inc. 2), discordancia de interpretación atribuida a una de las partes en cuanto a los términos "precio justo" y "compensación", el cual otorga un resultado manifiestamente absurdo e irrazonable (Art. 32. inc "b"), capacidad de enmienda o corrección de los Tratados (Art. 39 y 40), Discordancia entre lo querido y lo realmente obtenido en cuanto al "Precio Justo" previsto en el Acta de Foz y la "Compensación" prevista en el Tratado, tratándose ello de dolo (Art. 49), coacción sobre un Estado por la amenaza o el uso de la fuerza Ocupación de Puerto Renato. Firma del Tratado bajo amenazas (Art. 52), violación de una disposición esencial para la consecución del objeto o del fin del Tratado (Art. 60 3 inc. "b"); son solo algunos de los argumentos que en manos de un patriótico y poderoso equipo de juristas paraguayos que defiendan a la patria y no claudiquen por prebendas o migajas al enfrentarse al Brasil convencerán al Tribunal de reencauzar el derecho en las relaciones binacionales en Itaipú.
Ojalá que este 2009, que ha pasado como el AÑO DE LAS PROMESAS del Brasil al Paraguay, haya servido para hacer entrar en razón a nuestras autoridades políticas y que comprendan que la vía de corrección jurídica y plena en Itaipú no se encuentra en la negociación eterna con los "socios imperialistas" que cometen el delito de despojo, sino en la Corte Internacional de Justicia ubicada en el centro de La Haya.
Para aquel que crea que las "negociaciones" con el Brasil avanzarán, recordemos que nos encontramos negociando con los herederos directos del Brasil imperialista del Conde DEu, protagonista del exterminio declarado del Paraguay en la Triple Alianza.
Deseo que el año 2010 sea el inicio de la interposición de nuestras demandas de Itaipú ante la Corte Internacional de Justicia, fundado en los artículos de la Convención de Viena para el Derecho de los Tratados. No será fácil, pero nada es imposible.
Recordemos que la justicia siempre llega, algunas veces tarda, pero llega. Pero para que llegue, tenemos que reclamar justicia en la instancia internacional correcta
(*) Profesor de la Facultad de Derecho
Universidad Nacional de Itapúa
Universidad Nacional de Asunción