Hace poco más de un año, un grupo de amigos dedicados a la gastronomía encaró una serie de encuentros, con la idea de instituir un organismo que los representara, impulsara y destacara su trabajo.
Inicialmente resultó complicado concretar las reuniones. “Cada uno de nosotros, constantemente, contrae muchos compromisos; algunos, incluso, en la dirección de emprendimientos propios. Pero, finalmente, en octubre pasado, firmamos el acta fundacional”, rememora Teresita Benegas O´Hara, presidenta de la Asociación de Chefs del Paraguay (ACPY).
Nuclear a quienes se desempeñan en el arte culinario local es uno de los principales objetivos del gremio. La activa referente del sector lo detalla: “Queremos abrir espacios de debate, compartir ideas, defender los intereses comunes y velar por la ética profesional”.
La exposición de conocimientos (mediante investigaciones, publicaciones, cursos, jornadas y congresos) se suma a las intenciones de la ACPY. “Buscamos ser un ente asesor y contralor para ayudar en todo cuanto concierne a la gastronomía en el país, además de promocionar y jerarquizar la cocina paraguaya en el segmento nacional e internacional”, acota Teresita.
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Otras figuras de consabida valía en el rubro integran la comisión directiva de la ACPY. Rodolfo Angenscheidt ocupa la vicepresidencia; Rosa Lorena Mauger, la secretaría, y Clarita Bogado, la tesorería.
El poder de seducción de la calidad. Es casi palpable el auge de escuelas de cocina, derivado de la alta demanda. Para Benegas O´Hara, hay un despertar interesante en el área gastronómica y son cada vez más quienes optan por esta. “Los que se metieron en este campo por considerarlo una moda no trascenderán”, sentencia.
“Es una profesión sacrificada, pero con satisfacciones que otras no brindan. Cada vez que transformamos materias primas en sensaciones increíbles somos artistas, creadores, escultores, químicos, doctores, ingenieros y arquitectos”, asegura la titular gremial, a cuyo criterio los clientes van detrás de la comodidad, una buena atención y, sobre todo, la calidad de los sabores.
“Muchas iniciativas cerraron por haber priorizado la cáscara; no el caracú. Se invierte demasiado en el montaje del establecimiento, para posteriormente escatimar en la contratación de personal cualificado”, advierte.
La agenda de la ACPY prevé varios proyectos, como la instrucción de actores empíricos y la transmisión de toda la herencia culinaria paraguaya ancestral, para lograr equilibrarla con los avances tecnológicos y las tendencias internacionales.