31 de octubre. Día del Ahorro.

En octubre de 1924, se reunió en Milán (Italia), el Congreso Internacional de Ahorro. Concurrieron delegados de casi todos los países y se trataron temas sobre la organización y legislación de las cajas de ahorro.

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El final del congreso fue el día 31 de octubre, fecha instituida para la recordación del Día Mundial del Ahorro. Uno de los buenos hábitos que ayudan al ser humano a realizarse en esta vida, a lograr muchos objetivos y a asegurarse un futuro digno y placentero es el ahorro.Debemos aprender a cultivarlo desde niños, ya que es muy importante para la educación y la formación integral para la vida. Muchos niños, niñas y jóvenes tienen la suerte de practicarlo desde la cuna, mediante la acción de sus padres. Pero otros recién toman noción del valor de esa buena costumbre en la escuela o colegio, a través de sus buenos profesores y profesoras que se encargan de su formación para la vida. Sabemos que sólo la educación logra cambios actitudinales en el ser humano y tiene como meta fundamental preparar a las personas para tener una vida feliz, mostrándoles los caminos, dotándolas de herramientas e inculcándoles los saberes para lograr su destino de felicidad.

El ahorro consiste en una disciplina que ayuda a lograr un mejor nivel en la calidad de vida de las personas, haciéndoles alcanzar metas superiores que les proporcionarán mayor seguridad, mejor prevención, e, incluso, un final feliz y digno.

La recordación del Día Mundial del Ahorro es como un desafío para frenar el galopante endeudamiento de las familias. La sociedad de consumo, así como los problemas de vivienda, la crisis del petróleo y los bajos tipos de interés, reducen la capacidad ahorradora de la gente.

Prepararse con responsabilidad para las contingencias que puedan presentarse en la vida es ser previsor, representa un ahorro. Ahorrar alcanza, asegura y eleva la calidad de vida. Recordemos que la marca de las prendas de vestir no hace a la persona; no seamos exigentes con esto. El saber ahorrar es toda una virtud. Una actitud positiva e inteligente de la persona que lo adquiere como hábito en la vida. En primer lugar, porque ahorrar es sinónimo de prevenir,  de saber utilizar lo que tenemos para que luego no nos falte.

El objetivo del ahorro es la economía, la reserva sin caer nunca en la avaricia. El sentido del ahorro es amplio, no es sólo acumular monedas y billetes en alcancías o cuentas bancarias, sino también es saber utilizar en su medida justa los bienes, no derrochando lo conseguido mediante el esfuerzo; el fruto de nuestro trabajo debemos aprovecharlo con inteligencia. El ahorro es un signo de respeto al semejante, a las generaciones futuras. Tomemos poco a poco el hábito del ahorro, que nos ayudará a lograr una vida mejor y a ser más felices. Para el logro de nuestro objetivo, es necesaria la colaboración de todos los miembros del hogar. Verdaderamente, es mucho más agradable guardar juntos, en familia, en un ambiente de alegría, sabiendo que todos nos beneficiaremos con esta conducta que ya no debemos abandonar en el futuro.

Fuente consultada www.mec.gov.py
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