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Scrooge, aterrorizado, preguntó:
—¿Eres el fantasma de las Navidades que han de venir? ¡Te temo más que a los anteriores!
El espectro asintió con la cabeza y le señaló a unos hombres de negocios que estaban hablando.
—No sé mucho —decía uno de ellos—. Solamente sé que ha muerto anoche, solo y abandonado.
—¿Y qué hizo con su dinero? —dijo otro— ¡Al menos a mí no me lo dejó! Todos se pusieron a reír.
—¡Bien! —dijeron todos— ¡Por fin recibió su merecido!
Luego el fantasma llevó a Scrooge a una tienda donde se compraban y vendían cosas viejas, y vio a una mujer vendiendo varios objetos que le resultaban familiares. ¡Eran sus cosas!
La mujer decía : —Supongo que al muerto no le importará que yo me haya robado sus pertenencias. Si hubiera sido generoso en vida, no habría muerto solo y abandonado.
Por último, el espectro llevó a Scrooge junto a una cama, donde —totalmente tapado por las cobijas— yacía un cuerpo.
Scrooge pregunto: —¿Puedes mostrarme cómo será mi futuro?
El espectro lo llevó sobrevolando toda la ciudad, hasta que llegaron a un lugar que a Scrooge le produjo escalofríos: el cementerio.
Llegaron a una tumba y, horrorizado, el viejo pudo leer su propio nombre grabado en la lápida.
—¡Nooo! —gritó Scrooge— ¡Por favor, espíritu, te lo suplico¡ ¡Permíteme cambiar el futuro que me acabas de mostrar! ¡Honraré las Navidades en mi corazón y trataré de festejarlas durante todo el año!
Alzando la vista, vio que la capucha y el vestido del espíritu se encogían, se desintegraban hasta convertirse en un barrote de una cama. ¡De su cama!
Scrooge despertó y saltó de la cama riendo y gritando al mismo tiempo. ¡Felices Navidades a todos! ¡Un feliz Año Nuevo para todo el mundo!
Corrió a la ventana y preguntó a un muchacho que pasaba: —¿Qué día es hoy?
—¡Es Navidad! ¿Acaso usted no lo sabe? —le respondió.
Scrooge pidió al muchacho que corriera a la tienda de aves y comprara el mejor pavo de Navidad.
—¡Te recompensaré con dinero si vas ahora mismo!
Cuando trajeron el pavo, pidió al tendero que lo llevara a la casa de Cratchit, su escribiente.
Luego se vistió con sus mejores galas y salió a la calle. Girando la esquina, encontró al hombre que había estado en su despacho pidiéndole ayuda para los pobres y desamparados, y susurrándole al oído, le dijo que quería hacer una gran contribución para ellos como un regalo de Navidad.
Finalmente, llegó a casa de su sobrino. Todos estaban sentados a la mesa y se sorprendieron al ver que el tío llegaba cargado de regalos y les pedía compartir con ellos la cena.
A la mañana siguiente, muy temprano, Scrooge fue a su despacho y sorprendió a su escribiente diciéndole que había decidido aumentarle el sueldo, y deseándole para él y su familia una feliz Navidad.
Así fue como Scrooge se convirtió en un hombre sonriente, jovial y generoso, respetado por todos y deseoso de compartir su dicha y fortuna con los demás.
Sobre el libro
Título: Canción de Navidad
Adaptación: Carlos Solano López
Editorial: Condoretty
Actividades
1. Responde.
a. ¿Qué características de la Navidad leída en la obra perduran hasta hoy en día?, ¿qué es lo que más ha cambiado?
b. ¿Crees que aún podemos rectificar nuestros errores, sin importar la edad?, ¿es posible que alguien pueda experimentar un cambio drástico en su vida?, ¿qué tipo de experiencias podrían provocarlo?
2. Escribe un pequeño relato, inspirándote en la obra leída, con un escenario y unos personajes actuales.