¿Es lo mismo autor que narrador?

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Autor y narrador no son lo mismo. El autor de un cuento es la persona real que inventó y escribió la historia; en cambio, el narrador no es una persona real, sino una voz imaginaria, es decir, inventada. En el texto descubre quién es el narrador.

Disfruta de la lectura, descubre quién es el autor y qué tipo de narrador presenta.

La tortuga gigante (adaptación)

Había una vez un hombre que vivía en Buenos Aires, y estaba muy contento porque era sano y trabajador. Un día se enfermó, y los médicos le dijeron que solamente yéndose al campo podría curarse. Él no quería ir, porque tenía hermanos chicos a quienes daba de comer. Hasta que un amigo suyo, que era director del zoológico, le dijo un día:

—Usted es amigo mío, por eso quiero que se vaya a vivir al monte, haga mucho ejercicio al aire libre para curarse. Y como usted tiene mucha puntería con la escopeta, cace bichos del monte para traerme los cueros, y yo le daré plata adelantada para que sus hermanitos puedan comer bien.

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El hombre enfermo aceptó, y se fue a vivir al monte, lejos, más lejos que Misiones todavía. 

Vivía solo en el bosque, y él mismo cocinaba. Comía pájaros, bichos del monte y frutos. Dormía bajo los árboles, y cuando hacía mal tiempo construía una ramada con hojas de palmera, y allí pasaba sentado y fumando, muy contento.

Había hecho un atado con los cueros de los animales, y lo llevaba al hombro. Había también agarrado vivas muchas víboras venenosas, y las llevaba dentro de un gran mate.

Un día que tenía mucha hambre vio a la orilla de una gran laguna un tigre que quería comer una tortuga, y la ponía parada de canto para meter dentro una pata y sacar la carne con las uñas. Al ver al hombre, el tigre lanzó un rugido espantoso y se lanzó de un salto sobre él. Pero el cazador, que tenía una gran puntería, le apuntó entre los dos ojos, y le rompió la cabeza después le sacó el cuero.

—Ahora —se dijo el hombre— voy a comer tortuga muy rica.

Pero cuando se acercó a la tortuga, vio que estaba ya herida y tenía la cabeza casi separada del cuello. A pesar del hambre que sentía, el hombre tuvo lástima de la tortuga, y la llevó con una soga hasta su ramada y le vendó la cabeza con tiras de género que sacó de su camisa. La había llevado arrastrando porque la tortuga pesaba como un hombre.

La tortuga quedó arrimada a un rincón, y allí pasó días sin moverse.

El hombre la curaba todos los días, y después le daba golpecitos con la mano sobre el lomo.

La tortuga sanó por fin. Pero entonces fue el hombre quien se enfermó y no pudo levantarse más.

—Voy a morir —dijo el hombre—. Estoy solo, ya no puedo levantarme más, y no tengo quien me dé agua siquiera. Voy a morir aquí de hambre y sed.

Y al poco rato, la fiebre subió más aún y perdió el conocimiento.

Pero la tortuga lo había oído, y entendió lo que el cazador decía. Y ella pensó entonces:

—El hombre no me comió la otra vez, aunque tenía mucha hambre y me curó. Yo le voy a curar a él ahora.

Continuará.

Tipos de narradores

• El autor elige un narrador para relatar los hechos según cómo quiera contar su historia. A veces, elige a un personaje para que cuente en primera persona su propia historia. 

• Otras veces, no elige a un personaje que participa de los hechos, sino a una voz que cuenta en tercera persona todo lo que ocurre, incluso lo que sienten y piensan los personajes.

Fuente: QUIROGA, H. (1918). Cuentos de la selva.