Bastante Pachano

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Sofía Pachano estuvo en Paraguay presentando, junto a su padre y el elenco, el music hall Smail. En un cara a cara, la joven artista habla de su profesión, su pareja y su familia. Cálida y alegre, agradeció el cariño que el público le demostró durante las funciones.

Como toda escorpiana, Sofía Pachano (23) se caracteriza por su lado positivo, bastante emocional y con una energía contagiante. Es muy crítica, independiente y una líder nata. Adora a sus tres caniches toy: Tuco, Roco y Remo. Así es ella. Le agrada celebrar su cumpleaños (9 de noviembre) rodeada del cariño de sus familiares.

“Somos muy poquitos y nos queremos mucho; tengo solamente tres primos y una abuela materna, Delfina. No conocí a mis abuelos paternos, pero el papá de mamá fue una figura masculina superfuerte, mi segundo papá; hace cinco años aproximadamente falleció y hasta hoy lo extraño mucho”, cuenta.

Entre risas y algunos estornudos, por el resfrío que la aquejó durante los tres días que abarcaron las funciones, menciona que la relación con sus padres es muy linda. Vive con su mamá, Ana Sanz, quien aparte de ser una excelente bailarina es la cocreadora del Bottom Tap, empresa que fundó con Aníbal Pachano cuando se casaron.
Hace varias temporadas trabaja con su papá y, aunque existan algunos puntos en los que no concuerdan, se define muy diferente a él. “Soy bastante Pachano, pero más controlada, menos impulsiva al opinar; somos bastante compinches en un montón de cosas”, dice.

Tenía 6 años cuando sus padres le explicaron a Sofía que no había más amor entre ellos. “Mamá volvió a hacer su vida. Actualmente está soltera, pero queremos abrir un casting para buscarle alguien”, sonríe. En cambio, prefiere no opinar sobre la vida íntima de su padre con el argumento de que él no tiene por qué darle explicaciones, ya que se trata de su vida privada.

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Sofía cuenta que este año fue especialmente familiar; es la primera vez que fueron de vacaciones a Estados Unidos, luego de la separación. “Tuvieron sus diferencias cuando apenas se divorciaron, pero las resolvieron con el tiempo; ahora son como hermanos”.

La salud de su padre fue un tema muy comentado en televisión; Sofía se armó de coraje, demostró fortaleza y asumió los escollos en su camino. Sostiene que la enfermedad de su padre no es una dolencia y sigue su vida.

“No es fácil aceptarlo, yo te lo digo que trabajo día a día para creerme eso”. Como artista, ayuda a la Fundación Huésped, que trabaja en la lucha del VIH/sida, en Buenos Aires. “Es una entidad muy profesional, están bien organizados y siempre confiamos en ellos”.

Se confiesa creyente de Dios, pero que le dificulta creer en la Iglesia católica; “estamos un poco modernos para las enseñanzas que ellos quieren implementar”, asegura.

Filosofía de vida

Antes de salir a bailar, tiene una cábala grupal: todos se reúnen y se saludan de una manera especial, y el encargado de la compañía, Aníbal, les habla a cada uno.

El arte es disciplina y una regla, en cuanto a responsabilidad y alimentación. De constitución física delgada, no ciñe su alimentación a una dieta especial. Además, hace terapia corporal, clases de canto y las prácticas diarias que realiza en el escenario. “No me cuido tanto, quizás deba controlarme más con los dulces, aunque me encantan los postres”. Pero asegura que es fundamental aceptarse como una es. “Todas las mujeres somos sensuales, cada una a su manera; todo está en la mente. Ser linda también pasa por el lado de la mirada, la frescura, la manera de expresarse”, reflexiona.

Desde hace un año y tres meses está de novia con Emmanuel Sánchez (22), compañero de elenco. “El hombre siempre debe proteger a la mujer, tanto como ella a él. No busco una figura paterna, sí alguien que me cuide. Necesito que estén a mi lado; me gusta recibir mucho cariño. Por el ritmo de nuestra vida, los artistas tenemos un vacío que queremos llenar con aplausos, pero en relación a mi pareja, por suerte estoy feliz”.

No intoxica su mente con momentos negativos. No le gusta la polémica y rehuye de los escándalos. En ese sentido, prefiere mantener un perfil bajo. No le gusta asistir a entrevistas en las que sabe que habrá escándalos.

La fórmula de la pelea que desde este año invade la privacidad de la gente, no le gusta y, cuando eso sucede en pantalla, ella cambia de canal. Creo que antes era papá el único que se levantaba de una entrevista cuando algo le molestaba; ahora todos lo hacen. Cuando el nivel de violencia aumenta no es agradable”, enfatiza.

Sofía Pachano no se arrepiente de lo vivido, cree en la vida, y que todo es parte de la existencia y del crecimiento. “Si hoy estoy así, es por la acción que llevé antes. Obviamente, hay cosas que no me gustan, pero no se puede borrar lo vivido, es mejor aceptarlo y seguir viviendo”, reflexiona.

Admira profundamente a la actriz y comediante China Zorrilla; algún día tendrá su propia compañía y continuará con los musicales. Aún tiene sueños por cumplir, entre ellos, trabajar con Alfredo Alcón y en ficciones argentinas.

Sonríe

Para la presentación de Smail tuvieron un proceso de ensayos y otro de creación artística, prácticas constantes durante cuatro meses de entrenamiento intensivo. El elenco, conformado por 17 personas, muestra 25 cuadros, desde tango, jazz, humor, un homenaje a Valeria Linch, Estela Raval, entre otros renombrados artistas. “El show es muy divertido, cuenta con una sección de entretenimiento que hace Maxi de la Cruz, artista uruguayo, el hijo de Cacho de la Cruz. La gente que concurre se identifica un montón, sale muy contenta; de hecho hay poca gente que pueda decir que no le gustó Smail, porque tratamos de que sea muy llevadero, cantamos, bailamos y la gente participa”. La obra se estrenó en Argentina, fueron de gira a Uruguay y luego pasaron directo a Paraguay.