Como decimos siempre, en materia de etiqueta y protocolo debe primar como regla de oro tratar a los demás como nos gustaría ser tratados. Procura siempre utilizar las normas de cortesía tanto al entrar como al salir del mismo.
Fuera del ascensor
• Cuando pidas el ascensor, posiblemente, venga alguien dentro de él, por lo que antes de entrar debés tener la cortesía de esperar, por si alguien tenga que salir.
• Es importante dejar que todos los que están adentro bajen o, al menos, comprobar que quepamos en el mismo. Si está lleno, no forzar nuestra entrada y dejar bloqueada la puerta.
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• Si tenemos que subir con paquetes, tratar de esperar por un ascensor vacío, o preguntar a los ocupantes si no les incómoda subir o bajar en esas condiciones.
• Al subir, tratar de ubicarse cerca de una de las paredes del ascensor si vamos a bajar pronto; si subiremos a un piso más elevado, colocarse hacia el fondo. Evitar obstaculizar la puerta cuando el ascensor se detiene.
En el interior
Salude al entrar, un buen día, buenas tardes, buenas noches siguen siendo palabras de uso común para una persona que maneja las buenas costumbres.
Ya adentro, en la medida de lo posible, dejar los botones del ascensor libre para que cada persona que entre pueda pulsar el piso que le corresponda. Si no es posible, hay que preguntar a qué piso va y presionar el botón por la otra persona.
Durante el trayecto se habla en voz baja por consideración a los demás, no se fuma o consume alimentos; si se tose o estornuda, se pide disculpas suavemente y no se empuja a nadie para salir.
Si hay alguien obstruyendo el paso, se pide permiso para pasar y se agradece a aquellos que han salido del ascensor para dejar la vía libre.
Al bajarse
Si estamos en un ascensor lleno de gente y tenemos que bajar, tendríamos que hablar y decir: “Aquí es mi piso”, esto para alertar a los otros ocupantes que queremos bajar y nos faciliten espacio para salir.
No olvidemos tratar a las personas que nos rodean con respeto y cortesía y, sobre todo, manteniendo la calma. Recuerda: la buena educación habla de nuestra imagen.
Hasta la próxima entrega…