Leda se dio cuenta de que desde pequeña jugaba mucho mejor al fútbol que otros deportes. En la canchita del barrio se alistaba para disputar partidos improvisados en compañía de sus primos y vecinos. Llegada la edad de cursar la secundaria, participó con entusiasmo en todos los intercolegiales; fue así que asistió a un torneo organizado por la APF, en el que la ficharon para defender la camiseta albirroja.
Este año fue convocada para ir al Mundial de fútbol femenino en Canadá con la selección Albirroja, donde tuvo la oportunidad de enfrentar a Uruguay y Argentina. “En el Mundial demostramos que las mujeres también podemos jugar al fútbol”, manifiesta.
Antes de formar parte de las Albirrojitas, como mejor se las conoce, Leda no pertenecía a ningún club, pero practicar en la Selección le abrió las puertas para ir al Olimpia. Asegura que el fútbol femenino es mucho más sacrificado que el masculino, porque casi no hay rubros. “Generalmente, una va a jugar por amor a la camiseta, ya que son pocos los clubes que pagan a sus deportistas”, asevera.
Respecto a la creencia de que las futbolistas no pueden ser femeninas, comenta: “Juego fútbol, pero igual soy coqueta dentro y fuera de la cancha. Ser femenina o no depende de cada jugadora. A mí, por ejemplo, me gusta arreglarme hasta para ir a practicar”. Afirma que las personas tienen un mal concepto de las chicas que se dedican a este deporte y agrega que, en lugar de juzgarlas, deberían apoyarlas.
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La joven también sueña con surgir como una gran periodista deportiva, razón por la cual el año que viene estudiará para ingresar a la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UNA. Una de las figuras que admira en este ámbito es a Soledad Franco. Asimismo, finaliza contando que le gustaría probar en la selección femenina de la Albirroja en la categoría mayor.
Por Sandra Villalba (20 años)