El hapkido es una disciplina de origen coreano, asentada en el arte de la defensa personal, cuyo nombre en español significa “camino de la unión con la energía”. “Cuando tenía ocho años iba caminando con unos amigos cuando crucé frente a una academia de este deporte, y me llamó mucho la atención, entonces convencí a mis padres de que me inscribieran. Desde el primer día de clases me di cuenta de que era lo mío”, comenta Fernando.
Afirma que gracias a esta práctica superó algunas características negativas de su personalidad, ya que, según cuenta, también fortalece los valores. “El hapkido me dio mucho, además de las habilidades físicas, conocí muchos lugares compitiendo en el interior del país y en Brasil”, expresa.
“Para dedicarte a esto lo fundamental es la energía, si tenés ganas y te esmerás es seguro que te va a salir bien”, asevera. Comenta que los trofeos internacionales y nacionales que obtuvo se deben más que nada al esfuerzo y a que dio lo mejor de sí en cada competencia.
Asegura que el fútbol es otra de sus pasiones, incluso practicó en el club Sol de América, pero salió unos meses atrás por problemas de papeleo. “Me gustaría retomar y dedicarme también de forma profesional a este deporte”, afirma.
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“Si tuviera que seguir los pasos de alguien, sin duda serían los del argentino Lionel Messi, quien, además de ser un gran futbolista, es una gran persona porque tiene varias fundaciones, lo que es admirable”, opina.
En agosto comienza la carrera de Fisioterapia y Kinesiología, profesión que eligió porque está muy ligada a los ejercicios físicos y cree que tiene el don para desempeñarse bien en esta área. “Si pudiera llegar a cada joven le diría que busque la manera de ocupar su tiempo para evitar las malas andanzas y, sobre todo, los vicios. El deporte es uno de los mejores caminos para hacerlo”, concluye.
Por Dayhana Agüero (18 años)