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–¿Cómo se manifiesta y ataca la neumonía o pulmonía?
–Es una inflamación e infección aguda del pulmón. Cuando es producida por un virus (neumonía viral), se caracteriza por un cuadro previo de catarro en las vías aéreas superiores, con goteo nasal, fiebre o febrícula. Aparece posteriormente el compromiso de la vía aérea inferior con dificultad respiratoria y aumento de la frecuencia al respirar. Cuando la infección vírica se agrava, puede aparecer insuficiencia respiratoria, hepática o cardíaca, sobre todo en niños pequeños.
Por su parte, la neumonía bacteriana se caracteriza por un inicio repentino con fiebre, dificultad respiratoria, dolor torácico y regular estado general, decaimiento y rechazo de alimentos, postración, etc.
En ambas neumonías, la taquipnea o respiración rápida es la que marca la gravedad de la afección.
La dificultad respiratoria o disnea (juku’a) y el quejido al respirar (pyahê) deben ser percibidos rápidamente por la madre, para evitar complicaciones e instituir un tratamiento precoz.
–¿Por qué la neumonía es tan agresiva en la primera infancia?
–La neumonía puede ser agresiva en adultos y niños, pero fundamentalmente en menores de 5 años. Cada día una persona inspira entre 10.000 y 20.000 litros de aire. Esto trae como consecuencia una colonización de bacterias que, gracias a los mecanismos de defensa del pulmón, lo cual garantiza la esterilidad de las vías aéreas e impide la invasión bacteriana.
Los niños tienen el sistema inmune (defensas) aún inmaduro; otra cosa importante es que estas defensas pueden ser alteradas por las múltiples virosis respiratorias que frecuentemente tienen. A veces, todavía no se curan de una virosis y ya están contagiados y padeciendo otra nueva virosis.
Estos virus destruyen las cilios o pelitos que poseen las paredes de los bronquios encargados de barrer las secreciones, lo que disminuye su movilidad y la efectividad de la limpieza. Como consecuencia de esto, se incrementa la cantidad de bacterias y la invasión.
–¿Qué otras condiciones inciden?
–El niño es más susceptible ya que congénitamente las vías aéreas son más pequeñas que un adulto y, por ende, poseen menor función pulmonar, lo que hace que no sea lo mismo una neumonía en un niño de 2 meses que en uno de 2 años o en un adolescente. El volumen y tamaño de los pulmones son importantes, y a esto le sumamos que el pequeño no sabe expectorar o le cuesta mucho hacerlo, aunque frecuentemente elimina su catarro con las heces o con los vómitos.
La desnutrición
- También hay condiciones que favorecen a una respuesta inmune escasa, por ejemplo, la desnutrición. Los niños severamente desnutridos presentan una respuesta inmunológica deficiente de preferencia a nivel celular y, por consiguiente, las infecciones son más graves que en los niños con un estado nutricional adecuado. La falta de lactancia materna o el destete prematuro también es un factor muy importante de riesgo de infecciones respiratorias agudas.
* Residencia en pediatría, Cátedra de Pediatría Hospital de Clínicas, Universidad Nacional de Asunción y posgrado en neumología pediátrica en Hospitales Niño Jesús y La Princesa, Madrid.
mirtha@abc.com.py