Artesana muestra sus diseños hechos en ka’ygua y karaku

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La artesana Elvira Nava de Horita crea novedosos diseños de animales utilizando como materia prima el porongo, más conocido como “ka’ygua”, y cáscaras de huevo. Además, fabrica refinados portalápices a base de huesos vacunos con agujero tipo karaku. Su producción es muy solicitada por los japoneses residentes en Yguazú, que luego la envían a sus familiares en el país nipón.

YGUAZÚ (Sara Fleitas, corresponsal). La artesana es oriunda de la ciudad de Juan León Mallorquín, pero hace más de 30 años reside en esta localidad. Es técnica del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), especialista en procesamiento de alimentos a base de soja y trabaja con distintos comités de mujeres. Sin embargo, ella comentó que es amante de la artesanía, a la que se dedicó toda su vida y obtiene muy buenos beneficios.

Dijo que necesitaba perfeccionarse en el ramo, por lo que decidió estudiar artes plásticas en el Ateneo de Artes de Asunción, donde obtuvo el título de Profesora de Artes Plásticas.

La mujer explicó que la técnica que utiliza es el mosaico sobre porongo, más conocido como “ka’ygua”, y el tallado sobre hueso. Dijo que trabaja con esto en sus ratos libres o los fines de semana. La artesana produce su propia materia prima, que es el ka’ygua, cuyas plantas tiene en su patio y le produce lo suficiente para sus trabajos artesanales. Mientras, los huesos y las cáscaras de huevo los va reciclando luego de cada consumo.

Gallitos, patitos, elefantes, sapitos y armadillos son sus animales favoritos a la hora de diseñar. Sierras especiales, adhesivos, esmaltes para uñas y palitos para dientes son algunos materiales que utiliza para sus creaciones.

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Para la fabricación de portalápices, utiliza un pequeño torno con el que realiza el tallado en los huesos, en los que va plasmando flores, pajaritos y nombres de personas.

El talento de doña Elvira es aprovechado y apoyado por la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), ya que está incluida dentro del proyecto turístico Yguazú Porã y fue elegida para demostrar a los turistas locales y extranjeros el proceso de elaboración de sus productos.

La mujer se declara amante de la naturaleza y recomienda vivir en armonía con ella. Mostró orgullosa las casitas de madera que ella confecciona y las cuelga en los árboles, para que los pajaritos de distintas especies aniden y se reproduzcan en ellas.