En lo que va del año cerca de 1.000 comercios ya cerraron sus puertas y los recortes del personal están a la orden del día. Pobladores locales culpan de la grave situación a la inacción de las autoridades nacionales y departamentales.
El límite actual de compras permitido por la Receita Federal brasileña es de 300 dolares y ahora, a partir de julio, se anuncia la reducción del cupo a solo 150 dólares.
Al respecto, el licenciado Pedro Villalba, del Colegio de Contadores del Alto Paraná, dijo que Ciudad del Este apenas estaba vendiendo un 25% del volumen de transacciones que registraba hace dos años.
El profesional explicó que las empresas están en plena campaña de recortes, considerando el hecho de que el 29% del costo estructural de una empresa viene de su plantel de empleados.
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El Régimen de Tributo Único (RTU), según opinaron empresarios y profesionales vinculados al comercio, ven como una de las salidas al alicaído comercio fronterizo. Permitiría la formalización del comercio y una guerra frontal a las falsificaciones, viendo que los vecinos están ya en vísperas de contar con sus propios free shops al otro lado de la frontera con mercaderías legítimas provenientes de los mercados americano, europeo y asiático.
Natalia Ramírez Chan, integrante del grupo denominado Plan de Desarrollo del Este, dijo que la situación no es nada alentadora, que las soluciones que se podrían plantear al problema son de largo alcance y que se deben buscar medidas paliativas para hacer frente a la crisis.