Aparici incursionó en distintas técnicas de pintura como óleo, pastel, acuarela a la que finalmente se dedicó por más de cuarenta años.
Aparici pintó escenas cotidianas de las calles asuncenas, así como paisajes característicos de nuestro país.
Recibió sus primeras lecciones de dibujo y pintura del maestro Salvador Auléstia de Barcelona, luego, incentivado por un vecino pintor, que al notar su entusiasmo y la afición demostrada por su trabajo, le obsequió el primer caballete y la primera caja de pinturas a la acuarela con la que empezó a salir a la calle.