YPANÉ (Higinio R. Ruiz Díaz Segovia, corresponsal). El presbítero Pedro Brítez analizó la situación en la que viven muchas familias tras el encierro que significó la pandemia del covid-19. Aseguró que en las calles e instituciones educativas explotan los problemas adquiridos en las casas, y afectan principalmente a jóvenes.
“Estamos en una situación bastante compleja, pareciera que todos los problemas estaban guardados durante este encierro y ahora que salimos de nuevo todo explotó. Acá, en la zona, tuvimos el caso de un alumno que realizó amenazas y los padres estaban desorientados”, dijo.
Agregó que se nota más violencia en las calles y en las instituciones educativas. También aumentaron los casos de violencia intrafamiliar porque terminó el entendimiento y diálogo, señaló.

Resaltó que a diario se escuchan casos de feminicidio, enfrentamientos entre jóvenes. Ante estas situaciones instó a recuperar de manera urgente los valores cristiano y aseguró que eso se podrá solo con la unidad de todos los sectores.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
“Ante esta realidad tenemos que unirnos todos; sacerdotes, pastores de otras religiones y autoridades todas, para poder luchar contra estos flagelos que están aniquilando. El llamado es urgente porque hay mucho por hacer”, indicó.
El religioso mencionó que en Ypané están trabajando en forma conjunta con otras religiones y responsables de las instituciones educativas porque los vicios de las drogas están en aumento.

“Es una de las consecuencias del deterioro en las familias”, acotó.
Dijo que realizan charlas y misas con jóvenes para incentivar la vida sana, crear una sociedad más fraterna y desechar vicios y violencia que dañan a las familias.
“Los niños, adolescentes y jóvenes necesitan del cariño y el abrazo de los padres. Pasan el día sobre una computadora o celular y ni siquiera tenemos el control de los accesos a Internet, tenemos que recuperar el rol protagónico de los padres”, reflexionó.

También lamentó la extrema pobreza en que viven muchas familias, principalmente en los territorios sociales o asentamientos. En estos lugares la educación y formación espiritual son secundarios y cada uno busca la forma de sobrevivir, dijo.
