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Rosita y Elena se encuentran en el camino de ida al colegio. Rosita, al ver a Elena, se inquieta y piensa en lo que le habían comentado las chusmas de sus compañeras. Según estas, Elena se pasaba todo el día inventando historias sobre Rosita, historias que por supuesto no eran ciertas.
- Hola Rosita, ¿pudiste hacer la tarea de Comunicación que nos dio la profesora?
- Hola Elena. Sí, la pude hacer, resultó bastante fácil. ¿Por qué me lo preguntas?
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- Me gustaría que me la explicaras, ¿podrías ayudarme?
- Ja, ja, ja… ¿querés que te ayude cuando vos te pasás todo el día hablando mal de mí?- le dijo Rosita.
- ¿Yo? ¿por qué decís eso? ¡Vamos! Decime quién o quiénes te dijeron mentiras sobre mí. Tengo derecho a defenderme.
- Está bien, fueron las compañeras que se sientan a tu lado. Me contaron que todo el día hablás de mí. ¿Por qué te molesta mi forma de ser? ¿O hay algún otro motivo?
- ¡No! Para nada, todo es mentira. Son ellas las que se sienten mal porque ven que nosotras siempre estamos juntas y que somos buenas amigas. Seguramente sienten celos o envidia.
- Puede ser cierto, no es la primera vez que inventan historias acerca de otras compañeras. Pensándolo bien, ¿me perdonás por desconfiar de vos?
- Claro que sí. Pero tenemos que prometernos que siempre vamos a contarnos lo que nos molesta, que no vamos a hacer caso de los comentarios sin fundamento y que siempre vamos a dialogar sobre lo que nos pasa.
- Tenés razón Elena, una vez más, tenés mucha razón.
Actividades
1. Responde
a. ¿Cómo sabemos que el texto presentado es un diálogo?
b. ¿Cómo definiríamos lo que es un diálogo?
c. ¿Qué ventajas ofrece el diálogo?
2. Elige un par de dibujos y redacta un diálogo imaginario entre ellos.