Kuña guapa del Paraguay

Doña Gertrudis Coronel (62), conocida como “Ña Titu”, lleva 45 años montada sobre un burro en busca de su sustento diario. Ella recorre todos los días las calles de Luque ofreciendo menudencias vacunas a sus clientes.

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Ña Titu nació el 17 de marzo de 1954 y, próxima a cumplir 63 años, nunca solicitó un subsidio al Estado. Se levanta con el sol, a las 5:00, y a las 6:00, ya montada sobre un burrito, recorre casi 20 kilómetros hasta el frigorífico ubicado en la compañía Mora Cue, de donde retira las menudencias vacunas que luego reparte entre sus clientes de los barrios Santa Elena, Zárate Isla, Cuarto Barrio e Isla Bogado.

Doña Gertrudis Coronel llega a su casa ubicada en la compañía Isla Bogado ya casi a las 18:00 y se dedica a hacer chicharô, que luego vuelve a vender entre sus vecinos con el objetivo de aumentar sus ganancias y de esa manera poder solventar los gastos de pago de alquiler de la casa donde vive, así como del servicio de energía eléctrica y agua potable.

La burrerita va al trabajo pese a las adversidades climáticas: haga calor, frío o llueva. “Che, che añónte amba’apo; ndajeruréi mba’eve Estado ni políticope”, dijo doña Gertrudis al ser consultada sobre si cuenta con algún subsidio estatal como la pensión al adulto mayor o el pago de tarifa social del servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE). 

La abuela manifestó que nunca se acercó a pedir nada a ningún político porque prefiere trabajar antes que hipotecar su futuro tal como lo hacen muchas personas que piden favores a los políticos de turno a cambio de sus votos. “No, yo tengo dignidad; no voy a ir a pedir trabajo a cambio de mi conciencia”, expresa. 

Cuenta con cinco hijos, ahora ya mayores, a quienes crió gracias a su trabajo. Ella se separó del padre de sus hijos porque este llegaba borracho a la casa y la maltrataba. “Agarré a mis hijos y me fui a vivir en alquiler. Le dejé la casa a él porque venía borracho y se ponía argel; entonces ahánte”, dijo.

Explicó que desde los 22 años se dedica a la venta de menudencias por las calles y que ya tiene una clientela formada y de esa manera recorre sobre su burrito las calles luqueñas. Más de un transeúnte o conductor le toma fotografías a su paso. Ella siempre accede al pedido, pero con la siempre frase “una foto por un ipokue” y luego una gran carcajada.

Su forma muy jovial de andar, siempre munida de un sombrero con flores y una sonrisa sencilla, hacen que conversar con ella sea un placer. Generaciones de luqueños la han visto recorrer las calles de la ciudad e innumerables personas alzan sus fotos en sus redes sociales elogiando su trabajo y, sobre todo, destacando el esfuerzo que hace.

Cuando le consultamos si deseaba un motocarro o carrito tirado por caballos dijo que no, que prefiere a su burrito, que es más seguro porque puede tomar atajos para evitar el caótico tránsito de Luque. “Mejor en burro, me manejo mejor. En carrito o moto es muy peligroso porque los conductores no te perdonan y con el burrito busco nomás caminos cortos por los barrios”, dijo.

Ña Titu es la viva imagen de la verdadera kuña guapa del Paraguay; mujeres valientes que no rehúyen el sacrificio ni la adversidad, enfrentándose con coraje, humildad y honestidad a los desafíos, ganándose el sustento de manera digna. Con esto hacemos un homenaje a todas las mujeres, cuyo día se recuerda el próximo miércoles, y en especial a las paraguayas que con su trabajo forjan un futuro mejor para ellas y para sus hijos.

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