“La canción es más poderosa que la poesía”

Músico, compositor y productor, el uruguayo Juan Campodónico es el genio detrás de discos de artistas como Jorge Drexler, No Te Va Gustar y Cuarteto de Nos. El músico presenta su proyecto personal “Campo” y habla de música.

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Es probable que no escuche su nombre fuera del circuito discográfico, o no lo vea recorrer cada medio rioplatense que puede tener a su alcance. De perfil bajo y un talento que no precisa de mayores palabras, el uruguayo Juan Campodónico –esencialmente músico y compositor, especialmente productor y ocasionalmente DJ– hace música desde mediados de los ’90.

Con una infancia repartida entre su Montevideo natal y México –sus padres tuvieron que exiliarse con el advenimiento de la dictadura uruguaya–, el músico absorbió de niño lo mejor de la música global contemporánea y, por supuesto, del Río de la Plata.

“Viviendo en Uruguay desde muy pequeño, y en México también, tengo una noción de la música local y también una visión de lo que se escuchaba en todo el mundo; la música pop que yo escuchaba por las radios FM de moda. Lo interesante quizás fue cruzar todo: tanto la influencia de Madonna como la influencia de Zitarrosa, algo más autóctono o más local, sin discriminar”, afirma él.

Fusionando hip hop con rock, creó la banda Peyote Asesino, a la que siguió Bajofondo Tango Club, ambas fundadas junto al ganador del Óscar, el argentino Gustavo Santaolalla. Con ese último proyecto ganó un Grammy Latino a mejor álbum pop instrumental.

Los años encerrado en estudios de grabación y fusionando sonidos pegaron un salto en su rol de productor cuando unió su talento al de compatriotas suyos como Jorge Drexler, La Vela Puerca, No Te Va Gustar y Cuarteto de Nos, e incluso a la puertorriqueña Calle 13, convirtiéndose en uno de los productores de culto –y más buscados– de la industria musical.

Entre sus logros: el álbum que le produjo a Drexler, “Frontera” (1999), marcó un antes y un después en la carrera del también ganador del Óscar, llevándolo al inminente éxito comercial en España y Latinoamérica, con canciones como “Edad del Cielo”, “Princesa Bacana” y “Frontera”. También hizo lo suyo con “Sea” (2001), nominado a los Grammy Latinos como mejor álbum pop masculino, gracias a hits como “Horas” y “Me haces bien”.

Su mano también fue la responsable de la internacionalización de “Cuarteto de Nos”, banda uruguaya que –con más de 20 años de trayectoria en el circuito local– recién atravesó las fronteras en 2006, con el álbum “Raro”, en el que Campodónico produjo hits del grupo como “Ya no sé qué hacer conmigo”, “Invierno del ‘92” y “Nada es gratis en la vida”.

“Todo esto que está pasando ahora es un trabajo que tiene muchos años”, dice él. “De repente lo que se está viendo ahora es un resultado a nivel más masivo, o más a la vista, pero hace unos diez años que estoy trabajando, produciendo a artistas como Jorge Drexler, La Vela Puerca, No Te Va Gustar, varios discos para Cuarteto de Nos, los discos de Bajofondo, donde soy también artista, y todo eso ha florecido muchísimo”, cuenta el músico.

“Con varias de esas bandas –como No Te Va Gustar–, cuando trabajé con ellos era una banda con un primer disco, una banda que recién estaba empezando y ahora son muy grandes. Creo que el tiempo también va decantando qué puede ser interesante y qué no, y por suerte todas esas cosas a las que me han involucrado me han servido”, comenta el músico, quien también produjo la banda sonora del film Shrek II.

-¿Cómo elegías con quién trabajar cuando empezabas a producir?

-Lo interesante es poder elegir grandes artistas con quienes trabajar. Es imposible poder hacer algo increíble si no trabajás con un artista increíble. Mi idea siempre fue sumarme al talento de los otros, ¿no? Pero, claro, también poder detectar quién podía ser interesante de producir.

-Generalmente el productor es el filtro que necesita el músico en una nueva producción. ¿Cómo se equilibra la visión del productor con el deseo artístico del artista?

-Es como el cine: estás mirando de afuera al actor, el decorado, hay un montón de gente trabajando artísticamente, pero vos sos el que tiene la visión de afuera; ves la foto completa y decís: “Correte un poquito más a la izquierda que va a quedar mejor el cuadro”. Entonces yo creo que es una función bien interesante. Yo creo que lo heredé de mi papá, que dirigía teatro. Era director de teatro y de niño me quedaba viendo cómo trabajaba con los actores, y creo que hay una parte de eso que tiene que ver con querer dirigir a otros artistas.

-En tu experiencia como compositor, ¿cómo te gusta abordar una canción?

-Trato de aproximarme. Me crié mucho en el hip hop, así que voy como recortando ‘cachitos’ de música que me van inspirando, los voy juntando y compongo mucho con la computadora armando primero como una base, combinando elementos. Pero más allá de las técnicas, creo que soy muy “guitarrístico”… Más allá de las técnicas, yo creo que hay algo de la inspiración que uno tiene para decir. Eso trasciende lo tecnológico, la materia con la que se crea, con lo que vos tenés para decir como ser humano.

El proyecto personal más reciente de Campodónico lleva por nombre las primeras dos sílabas de su apellido. “Campo” (2012) mezcla ingredientes del indie pop, del electro y del rock con el neo-tango, la neo-cumbia y la música latina retro, en un contexto de pop sofisticado y actual, con temas cantados en inglés y español, uno de ellos con la participación especial de Jorge Drexler. “Realmente creo que es un proyecto en el que soy mitad artista-mitad productor, y representa muchísimo mi visión de la música en este momento”, confiesa el músico.

-¿Cómo adaptás este proyecto a los cambios que vive la industria discográfica?

- “Campo” es, al momento de hoy, un proyecto totalmente independiente. Es un momento totalmente nuevo, está cambiando toda la tecnología, un montón de cosas que tienen que ver tanto con la música como con la prensa, y creo que ante las nuevas realidades uno tiene que adaptarse y encontrar nuevas posibilidades. Es interesante encontrar esos nuevos caminos para difundirte. Por ejemplo, con el proyecto “Campo” estoy experimentando eso también: nuevas maneras de darte a conocer.

-Desde tu experiencia en los distintos niveles de la música, ¿qué es una canción para vos en su concepto más espiritual?

-La música es un lenguaje muy abstracto y creo que son un montón de cosas de una manera que es muy sofisticada y, al mismo tiempo, la entiende cualquiera, lo cual es la parte maravillosa de la música.

El lenguaje verbal que tienen las canciones es una cosa que es más concreta, y es muy difícil también decir algo interesante. Cuando ambas cosas confluyen y entran en sintonía, te dicen algo interesante, es muy poderoso.

La canción es más poderosa que la poesía en el sentido de que usa la palabra, pero la usa conjuntamente con la música, y la música es muy poderosa por sí misma. Es un arte que se hace el más poderoso de todos, es más evocativo. La música conmueve a gente que no tiene ninguna formación cultural de ningún tipo, no podés decir lo mismo de otras artes que necesitan de un conocimiento mayor. Valoro muchísimo todo lo que aporta la música, y también a lo “letrístico”, lo verbal, en el formato canción. 

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