Desde timbres o tonos de llamada con la melodía de “Para Elisa”, pasando por la emblemática “Oda a la alegría”, la música de Beethoven hoy está presente en nuestras vidas de diferentes maneras, logrando trascender los escenarios.
“Indudablemente, Beethoven es una de las cumbres de la música”, señaló Juan Carlos Dos Santos, director de la Orquesta Sinfónica Nacional, destacando que el compositor “fue un revolucionario que vivió tiempos tempestuosos desde lo político y lo social”.
Nació el 16 de diciembre de 1770, poco antes del inicio de la Revolución Francesa, un acontecimiento que provocó cambios en todo el continente europeo. “Lo que él hizo para mí fue, la mentalidad del cambio, llevar a la música”, detalló el titular de la OSN, señalando que Beethoven rompió con tradicionalismos de la época.
“En la Sinfonía Nº 1, la primera de todas, comienza con un acorde raro que por la tradición no podía usar. Por ejemplo, si una obra está en Do mayor, tenía que empezar con el acorde de Do mayor, si la obra estaba en Sol tenía que comenzar con el acorde de Sol, era como una regla estricta y él rompe con esa regla”, indicó.
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Añadió que Beethoven también reemplazó el minuet, que se acostumbraba a incluir en las obras, por el scherzo; mientras que en la Sinfonía Nº 9 “Coral”, incluyó a cuatro cantantes solistas y un coro. “En esa época las sinfonías eran solamente para instrumentos”, acotó.
Para Luis Szarán, director de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción, Beethoven “como creador y ser humano representa, en primer lugar, la libertad y la independencia del artista”.
“Su música va más allá del simple entretenimiento a través de la belleza sonora. Fue apasionado por los ideales de la Revolución Francesa, incluyendo esos principios en toda su producción y conducta”, agregó. Comentó que en contraste con sus antecesores, que habían compuesto más de cien sinfonías, Beethoven realizó solamente nueve. “Cada sinfonía es un acto de profunda confesión”, añadió.
Diego Sánchez Haase, titular de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional (OSIC), sostuvo que Beethoven llevó la estructura musical “a un nivel de perfección extraordinario”.
“El mundo en este momento necesita mucho de la música de Beethoven, más en este momento difícil que estamos viviendo. La música de Beethoven es un faro de luz que siempre nos ilumina. De las grandes adversidades nos legó obras magníficas, por eso es que su música sirve no solo como consuelo ahora, sino también como una luz de esperanza”, agregó.
El compositor, que falleció en Viena el 26 de marzo de 1827, escribió algunas de sus principales obras ya afectado por la sordera.
Las tres orquestas dedicaron este año gran parte de su programación a recordar al compositor. La OSN culminó ayer su Ciclo de Música de Cámara, en el que se interpretaron diversas obras poco difundidas, además de compartir en línea los conciertos alusivos a las 9 sinfonías. La OSCA también realizó su gran celebración, que continuará este domingo con su ciclo digital; mientras que la OSIC presentará este viernes 18, frente a la Catedral, la Sinfonía Nº 5 en el marco de la “Gala de Navidad”.