“El reflejo de mis canciones son las experiencias de cada viaje”

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Orlando Bonzi actuará hoy en el Hotel Esplendor, en un evento que calificó como un reencuentro entre amigos, y en el que hará un repaso por los discos que lanzó.
Orlando Bonzi actuará hoy en el Hotel Esplendor, en un evento que calificó como un reencuentro entre amigos, y en el que hará un repaso por los discos que lanzó.gentileza

Luego de varios años de no volver, el cantante, compositor, guitarrista y productor paraguayo Orlando Bonzi se encuentra en Paraguay cultivando vínculos tanto familiares como musicales. El artista, que desarrolla su carrera por el mundo y que reside en Londres, además de buscar generar un puente entre músicos de nuestro país y la escena europea, ofrecerá hoy un concierto especial que significará el reencuentro con sus amigos en el Hotel Esplendor, a las 18:30. Entradas limitadas y a G. 100.000.

“Es muy interesante ver cómo la cosa cambia, conocer mucha gente nueva que está tocando muy bien, ver cómo amigos músicos siguen evolucionando en la música, ver un montón de proyectos nuevos. Da mucha alegría ver la creatividad de músicos paraguayos impulsándose para adelante”, aceptó Bonzi en conversación con ABC Color.

El concierto va a ser como una “antología”, comentó el músico, además de destacar que será como un “reencuentro con amigos de la música y de la vida”. “Voy a ir contando cosas. No va a ser solo tocar sino que va a ser un seguimiento de historias desde el primer disco que grabamos en 1999 con Toti Morel y con Pier Paolo Pappalardo que está por aquí también y que estarán en el show, ya que el trío original fue una parte muy importante de mis comienzos como artista”, expresó.

El repertorio se compondrá también de obras que grabó en Brasil, lo que hizo con músicos norteamericanos, lo que hizo en Europa y temas de un nuevo material que grabó con un amigo suyo, el baterista Sergio Martínez, quien toca con Al Di Meola.

Bonzi, quien de muy joven empezó su recorrido por el mundo, viene incursionando en estilos musicales como jazz, rock, funk, música brasileña, pop fusión, blues, folklore sudamericano y R&B. Habiendo pasado por países como Paraguay, Brasil, Nueva York, Argentina, Hong Kong, Singapur, Taiwán, China, Japón, Corea, Vietnam, Noruega, Polonia, España y Reino Unido, aseguró que el constante recorrido le abrió la mente en todo sentido.

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“Son casi 8 años de haber venido por última vez, y noto que ahora aquí la gente siempre tiene mucha sed de conocer más. Veo que hay una nueva camada de músicos que siempre están tratando de expandirse”, afirmó. Pensando en su experiencia viviendo en Londres, Inglaterra, y en el hecho de desarrollar allí su carrera, nota cosas que se podrían mejorar, por ejemplo en cuanto a métodos de enseñanza “que podrían ayudar a desenvolver de una manera más práctica y rápida a los jóvenes”. A nivel producción, consideró que aquí “las cosas están sonando muy bien y hay muchos estudios trabajando bien”.

“El hecho de estar abierto a cambios, a distintas culturas, comidas, a aprender distintos ritmos de música, a tocar con gente de todo tipo, a organizarse entre los músicos, que es muy importante”, señaló como las cosas importantes de sus experiencias viajando. Argumentó que tanto la didáctica como la psicología que se utiliza para enseñar, en su caso en Londres, son diferentes. “Eso me cambió bastante el panorama para saber cómo incentivar y alentar al alumno a sobresalir en las dificultades que pueden ocurrir durante el estudio de la música, porque cada individuo es diferente”, afirmó.

Enriquecedoras experiencias

“Después de seis continentes y casi 20 años de viajar todavía sigo aprendiendo”, reconoció Bonzi, quien empezó aquí sus estudios a sus 15 años de edad con Carlos Schvartzman, quien lo introdujo al mundo del jazz. En sus inicios también tomó clases con Lobito Martínez y el guitarrista argentino Francisco Riveros.

“En cada viaje mi música se enriqueció. El reflejo de mis canciones son las experiencias de cada viaje, de cada hora en el bus, en el avión, pasando tiempo en los trenes, yendo de ciudad a ciudad, hablando con gente, intercambiando ideas, aprendiendo cosas. Y mi música es muy paisajista entonces siempre tiene ese aire como de estar viajando, de estar siempre en el proceso de expansión y de viaje”, profundizó Orlando, quien tiene en su haber discos como “Mi inspiración”, “Recurso Natural” y “Jazz del Sur”.

Asimismo Bonzi animó a los músicos, dependiendo de sus aspiraciones, a aprovechar alguna oportunidad y viajar en cuanto se pueda. Para él los beneficios fueron mucho más allá de crear música, porque pasaron también por el compartir y aprender. El intercambio “primero que nada sirve para entender distintas personalidades, distintas culturas, lo que es algo muy enriquecedor, así como entender a la gente. Para mí es como una experiencia antropológica casi, desde ir a tocar en China, o a tocar un concierto en un teatro con músicos hindúes, grabar con un chico hindú que toca la tabla y que es de los mejores percusionistas de India; o con norteamericanos como Gary Willis que es uno de los mejores bajistas del mundo, con Jeff Ballard que es un baterista que tocó con Chick Corea. Tocar, hablar con ellos, escuchar opiniones, intercambiar ideas, disfrutar, experimentar música con ellos y esa sensación de estar creando música con una persona que le conociste por primera vez pero con quien encontrás cosas en común es increíble”.

Por ejemplo con Ballard, “que es un conocedor y amante de la música argentina”, en un momento se pusieron a tocar “cosas medio chamamé” o “un baião brasilero” y es así como “hay una universalidad dentro del lenguaje musical, por ende yo veo a la música como un lenguaje que nos une a todos”, indicó. En Gary Willis, dijo, “ví la humildad como también la seriedad con la que trabaja, y un amor tremendo para lo que hace. Ellos no están tocando nada más sino empujándote, te llevan hacia más, y automáticamente uno toca mejor”, expresó.

El amor transformado en música también llegó a Orlando de la mano de su esposa Yanice Tsang, a quien él reconoce como “una persona súper talentosa” quien además va a estar presente en el concierto hoy. Resaltó de su faceta musical el bagaje que tiene siendo de Hong Kong pero absorbiendo la cultura occidental, que confluyen en lo que crea también con influencias del erhu, instrumento de cuerda frotada. “Esa mixtura de lo asiático con lo occidental es lo que le da toque al proyecto”, precisó sobre Symbiosis Strings, dúo que tiene con ella.

Por todas estas razones, Orlando reconoció lo importante de “salir un poco de la burbuja, porque es muy diferente la actitud que uno tiene cuando empieza a salir”, o si no a veces uno “está muy limitado”. Entonces “el hecho de salir afuera, además de aprender, ayuda a ser humildes”. “El ego a veces también está ligado a la ignorancia, y la ignorancia puede ser la falta de reconocimiento del valor que tienen otras cosas, otras músicas, músicos, culturas. Hay que dejar el ego para atrás y mirar para adelante con ganas de aprender”, sentenció.

“También fue muy enriquecedor que en cada lugar fui aportando el bagaje de las cosas que venía aprendiendo. La música de mi país, de mi región, fue apreciada por músicos de otros países. Mi identidad era algo que las personas buscaban absorber. Entonces vos vas para absorber cosas pero también hay gente que quiere absorber de vos, y yo no me puedo ir con los bolsillos vacíos, sin algo que ofrecer. Eso también me ayudó a crear mi lenguaje”, aseguró.

Bonzi instó a la gente a encontrarse con el arte en este contexto pero de manera segura y responsable. “La música ayuda mucho al alma, a la mente. Es muy importante para nosotros como seres humanos. Es algo que nos hace vibrar porque hasta las células vibran, hay música hasta adentro de tu cuerpo. Pienso que tal vez mucha gente va a querer venir a escuchar y querer recibir algo muy bonito, no solo música sino un mensaje positivo. A veces estamos rodeados de situaciones y de malas noticias, y una cosa que la pandemia nos debería de haber enseñado es no tomar las cosas por sentado”, cerró.