La denuncia por el hecho de hurto agravado fue radicada por la propietaria Liz Irene Correa Avalos (35 años), domiciliada en el barrio Carolina de esta capital departamental, quien fue avisada de lo ocurrido por los vecinos.
Según la grabación del circuito cerrado del negocio, un solitario joven de cutis morena, que vestía pantalón vaquero de color oscuro y camisa celeste, arrojó una piedra contra la puerta de vidrio de la tienda.
Una vez roto el cristal, el delincuente se dirigió hasta la oficina administrativa de donde sustrajo unos G. 10 millones, producto de la recaudación del día anterior; dos aparatos celulares -cuyas características no dieron a conocer- y una notebook.
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Una vez consumado el hurto, el malviviente salió corriendo del lugar, teniendo en cuenta que la alarma del salón se activó y corría riesgo de ser capturado por los vecinos.
Los agentes de la comisaría 2ª tomaron intervención y, por instrucciones del fiscal Alcides Giménez, dieron participación a los del Departamento de Investigaciones de Alto Paraná y también a peritos del Departamento de Criminalística para iniciar el trabajo de campo.
