Pesadillas: Los sueños que nadie quiere

Pero existen pesadillas que no se explican por estimulo de una película o un libro, momentos que vivimos en sueños y que provocan consecuencias físicas y psicológicas. Algunos pueden ser resultado de un miedo real que tenemos en ese momento de nuestra vida, y la alta probabilidad de que ocurra hace que soñemos el hecho. La inseguridad, la angustia y la tristeza también pueden manifestarse en sueños mediante las pesadillas.

En términos generales una pesadilla puntual, que se repite uno o dos días no tendría mayor incidencia en nuestra vida, es probable que la recordemos por un buen tiempo pero no afectará en gran medida a la realidad que vivimos.

Para Marcos, una pesadilla recurrente es soñar que vuelve a su época de vendedor, en donde no contaba con ingresos fijos y debía depender exclusivamente de las ventas. Éste sueño se repite cuando atraviesa momentos difíciles, el temor a volver a estar en esa situación se manifiesta en sus sueños, se despierta agitado, con el corazón acelerado y con un sentimiento de gran preocupación.

Para Paola, las pesadillas son diferentes pero siempre involucran algún peligro hacía su hija, y la desesperación propia de una madre en hacer todo lo posible para mantenerla a salvo. En éste caso, la figura de la descendencia implica algo de gran valor e importancia, un proyecto personal que en ocasiones se ve estancado por procesos burocráticos y normas legales. En los sueños de Paola, sale victoriosa de la lucha que enfrenta, tal como luego sucede con sus gestiones. La preocupación por el trabajo y el estrés que genera son factores que desencadenan sus pesadillas.

Yulia tuvo un sueño perturbador en donde se ve atrapada en un auto rodeado en llamas, se despertó pidiendo auxilio y le costó bastante volver a dormir. Se interpreta a un medio de transporte como símbolo de cambio, y el fuego es un elemento que representa purificación, sin embargo el cambio en la vida de Yulia, aunque se presenta como positivo, es algo que le cuesta aceptar, llegando al punto de perturbar sus emociones y tener pesadillas al respecto.

Podemos seguir con muchos otros ejemplos que son casos puntuales donde los sueños se deben a una situación específica de la vida… pero muchas veces tienen otras implicaciones que van desde traumas verdaderos sufridos en el pasado, o incluso pueden deberse a un trastorno que requiere de una atención especializada.

Hay situaciones más delicadas en torno a una pesadilla que implican haber sufrido algún abuso, algún trauma por violencia o un accidente con derivaciones graves. Un mecanismo de defensa del inconsciente es la amnesia selectiva, en donde se olvida por completo unas horas o toda una etapa de la vida que estuvo marcada por maltratos o eventos traumáticos. Estos recuerdos pueden surgir en la noche en forma de pesadillas y afectan nuestra tranquilidad y emociones.

En cualquier caso una pesadilla, más aún si es persistente no debe pasarse por alto. Desde el momento en que estos sueños afectan nuestra vida diaria, provocan cansancio, dificultad para dormir, cambios bruscos de humor, ansiedad o pensamientos irracionales deben ser tratados con la seriedad que se merecen, ya que la resolución del conflicto que lo desencadena es la forma más práctica para acabar con ellos.