En torno a 270 kilómetros de carretera en Ámsterdam estarían sujetos a este nuevo límite de velocidad, que pasará de 50 a 30 kilómetros por hora, y durante el próximo año se ajustarán los semáforos y las diferentes señales en preparación del cambio.
Según explicó Melanie van der Horst, concejala de política de tráfico y transporte, hay “prisa por reducir la velocidad máxima en las carreteras porque la mayoría de los habitantes de Ámsterdam se sienten inseguros con el tráfico” y ahora se van a “dar pasos más concretos hacia la introducción” del nuevo límite para “hacer que el tráfico sea más seguro”.
Los tranvías podrán circular a 50 kilómetros por hora, pero los autobuses tendrán que reducir su velocidad a menos que haya suficiente espacio para desarrollar carriles rápidos para ellos.
A pesar de que la entrada en vigor de este límite de velocidad está prevista para diciembre del próximo año, el municipio empezará a introducir esta norma gradualmente en algunas zonas, por lo que el límite de 30 kilómetros por hora podría aplicarse antes de la fecha, según recoge la prensa local.
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Con esta medida, el ayuntamiento espera limitar los accidentes graves en carretera, ya que se reduce la velocidad en el momento del impacto, y espera una caída de hasta el 30 % en el número de accidentes de tráfico en el municipio.
Según los datos compartidos durante la presentación del plan de tráfico, unas 800 personas resultan heridas y otras 20 mueren anualmente en accidentes de tráfico.
Una investigación encargada por el municipio señaló que el 67 % de los residentes de Ámsterdam consideran que el tráfico es inseguro o muy inseguro, mientras que un 83 % creen que una velocidad más alta crea situaciones peligrosas en el tráfico por carretera.