El juez Vallisney de Souza Oliveira, titular del décimo juzgado federal de Brasilia, absolvió al exmandatario de las acusaciones de asociación ilícita y lavado de dinero en este proceso, uno de los ocho que enfrenta en la Justicia, pero mantuvo las acusaciones de corrupción y tráfico de influencias, así como uno de los cargos de lavado de dinero.
En esta causa el ex jefe de Estado y líder del socialista Partido de los Trabajadores (PT) es acusado de haber recibido sobornos de Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, a cambio de las supuestas presiones que hizo para favorecer a la gigantesca compañía con créditos de entidades públicas que facilitaran la adjudicación de contratos en Angola.
Los créditos para financiar obras públicas en Angola ejecutadas por Odebrecht fueron concedidos por el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) en el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, sucesora y ahijada política de Lula.
El expresidente, que purga desde abril del año pasado una condena por corrupción y lavado de dinero en una celda de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba (sur de Brasil), ya fue condenado en primera instancia en otra causa por corrupción y enfrenta otros seis procesos en su mayoría por supuestas corruptelas.
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El juez argumentó que ya existe otro proceso en la Justicia Federal que trata sobre los créditos del BNDES a obras públicas en Angola, por lo que decidió absolver a los otros cuatro acusados de este delito.
El magistrado también consideró que la Fiscalía no presentó pruebas suficientes para sustentar la acusación contra el exmandatario de lavado de dinero de 20 millones de reales (unos US$ 5,3 millones) en contratos entre Odebrecht y una empresa de propiedad del sobrino de Lula, por lo que también lo absolvió.
“Quedó patente la ineptitud de la denuncia ”debido a que el exgobernante“ no está vinculado a estos hechos por no haber participado de la firma de los contratos”, afirmó el juez en su sentencia.
Lula, sin embargo, seguirá respondiendo en este proceso por un cargo de haber sido responsable de blanquear cerca de 7,7 millones de reales (unos 2 millones de dólares).
En la misma sentencia, el juez retiró las acusaciones contra el empresario Marcelo Odebrecht, el expresidente de la constructora, como parte de los beneficios judiciales que el ejecutivo recibió por haber aceptado colaborar con la Justicia, confesar sus crímenes y denunciar a sus cómplices en numerosas corruptelas.
El antiguo líder sindicalista, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, acumula un total de ocho causas en su contra en la Justicia brasileña, todas ellas vinculadas con diferentes asuntos de corrupción.
Lula asegura ser víctima de una “persecución judicial y política” que, principalmente, busca impedir su regreso al poder y que ya le impidió disputar las elecciones presidenciales del año pasado.
El expresidente ya había sido absuelto en julio del año pasado en otro caso en el que se le acusaba de obstrucción a la Justicia por supuestamente intentar comprar el silencio del exdirector de Petrobras Nestor Cerveró para evitar que informara sobre la red de desvíos en la petrolera.