SÃO PAULO (AFP, EFE). Según datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), se registraron nuevas zonas deforestadas en 1.359 kilómetros cuadrados de la Amazonía brasileña, frente a los 1.714 kilómetros cuadrados récord de agosto de 2019.
Los incendios amazónicos son una consecuencia de la deforestación, dado que en la selva tropical no existe la combustión espontánea.
Con los antecedentes de 2019, el Gobierno brasileño decidió enviar desde mayo tropas del Ejército a la Amazonía para ayudar a prevenir los incendios y combatir la deforestación.
Los datos son obtenidos a partir de imágenes por satélite que emiten alertas cuando detectan alteraciones en la cobertura vegetal del mayor bosque tropical del planeta, que ocupa alrededor del 60% del suelo brasileño. En los ochos primeros meses de este año, las alertas de deforestación disminuyeron un 4,94% en la Amazonía frente al mismo periodo de 2019, hasta alcanzar un total 6.099 kilómetros cuadrados.
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La Amazonía brasileña registró en agosto pasado 29.307 fuegos frente a los 30.900 del mismo mes de 2019, que entonces fueron los peores de la última década y generaron una enorme alarma internacional que este año no se ha repetido con la misma intensidad.
Sin embargo, los datos de agosto podrían haber sido peores, pues un fallo en uno de los satélites impidió recoger las estadísticas correspondientes al día 16 de agosto.
El gobierno del presidente Jair Bolsonaro envió en mayo a las Fuerzas Armadas para combatir los crímenes ambientales y prohibió en julio el uso de fuego en la agricultura en la selva durante 120 días.
El vicepresidente Hamilton Mourao, quien preside el Consejo Nacional de la Amazonía, reiteró en varias ocasiones que “la selva no está en llamas”, y que la presión sobre el gobierno por la causa ambiental responde a intereses políticos y económicos.
Pantanal, en riesgo
La situación, este 2020, parece ser más preocupante en el Pantanal, considerado el mayor humedal del planeta que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay y donde avanzan también devastadores incendios.
En este ecosistema se han registrado ya 10.153 fuegos entre enero y agosto, lo que supone un incremento del 221% respecto al mismo periodo del año pasado.
Según el servicio de meteorológico brasileña, inmensas columnas de humo como consecuencia de los incendios en la Amazonía y el Pantanal ya están llegando a ciudades del sur y sureste del país, como ya ocurrió el año pasado.
Expertos consulados por la agencia EFE aseguraron que el incremento de las llamas en el humedal se debe al aumento de la deforestación ilegal año tras año, ocasionando una serie de cambios climáticos, como la alteración del ciclo natural de las lluvias. Este año cayó menos agua, lo que disminuyó los niveles de humedad en el Pantanal a los índices más bajos.
