STEPANAKERT (AFP, EFE). En un discurso a la nación, Aliyev dijo tener una “única condición para el cese de fuego”: “Las fuerzas armadas (armenias) deben abandonar nuestros territorios”.
El presidente azerbaiyano agregó que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, debe reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán, pedir excusas y admitir que la región no es parte de Armenia.
“Los líderes de Armenia deben pensar cuidadosamente antes de que sea demasiado tarde”, manifestó.
Repitiendo las afirmaciones de que Azerbaiyán se había apoderado de una serie de pueblos, prometió seguir luchando hasta que se recuperara la región.
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“Nagorno Karabaj es nuestra tierra. Tenemos que volver allí y lo estamos haciendo ahora. Esto es el final. Les mostramos quiénes somos. Los estamos persiguiendo como perros”, manifestó Aliyev.
Octavo día de combates
Ayer fue la jornada más dura hasta el momento para Stepanakert.
Desde las 07:00 de la mañana hora local hasta casi el mediodía las alarmas antiaéreas prácticamente no cesaban de sonar.
Las fuerzas azerbaiyanas atacaron la ciudad con sistemas de cohetes Polónez y Smerch, según el portavoz del Ministerio de Defensa armenio, Artsrun Hovhannisyan.
Los proyectiles impactaron en la urbe en grupos de a tres y de a cinco y dañaron considerablemente infraestructuras de la ciudad, que quedó por la tarde sin electricidad.
Las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán libraron ayer combates por octavo día consecutivo.
Ambas partes acrecentaron sus declaraciones belicosas, ignorando los llamados internacionales a una tregua y reprochándose mutuamente la responsabilidad del conflicto.
Desde el viernes, Stepanakert, la principal ciudad de Nagorno Karabaj, fue objeto de ataques que obligaron a la población a esconderse en sótanos y refugios. La ciudad se había quedado sin electricidad este domingo, pero al mediodía el servicio fue restablecido.
El centro y la periferia se vieron afectados y en el noreste se veía humo negro en el cielo. Los residentes se escondieron en los refugios existentes, como la cripta de una iglesia, donde varias familias esperaban en un ambiente de resignación.
Ayer de tarde, Shusha, con 4.000 habitantes, fue alcanzada por disparos azerbaiyanos.
De acuerdo con el ministerio de Relaciones Exteriores de la autoproclamada república, hay “civiles muertos y heridos” en ambas ciudades.
El presidente de Karabaj, Arayk Harutyunyan, anunció que, como represalia, sus fuerzas se centrarían ahora en atacar las infraestructuras militares de las “grandes ciudades” de Azerbaiyán, situadas a mayor distancia del frente, y pidió “a los civiles que abandonen inmediatamente esas ciudades”.
Rusia, por su parte, se manifestó “preocupada” por el aumento de víctimas civiles en Karabaj.
Líder, presuntamente herido
Ayer, Azerbaiyán afirmó haber herido gravemente al presidente de la autoproclamada república y tomado Jebrail, una ciudad azerbaiyana con 9.000 habitantes, desde la década de 1990 controlada por separatistas armenios, aunque se encuentra fuera del territorio de Karabaj.
La parte armenia negó ambos anuncios inmediatamente.
La presidencia de Karabaj afirmó en la jornada que su ejército “controla por completo la situación en todas partes”.
El ministerio de Defensa de Azerbaiyán anunció que la segunda ciudad más grande del país, Ganyá, estaba “bajo el fuego de las fuerzas armenias”.
Bakú acusó a Armenia de disparar, lo que Ereván negó.
El portavoz de la presidencia de Karabaj, Vagram Pogossian, afirmó que los ataques eran separatistas y que el aeropuerto militar había sido “destruido”. “Este es solo el primero”, proclamó.
Regionalización del conflicto
Nagorno Karabaj, una zona poblada principalmente por armenios, se separó de Azerbaiyán después de la caída de la Unión Soviética, con ayuda de Armenia, lo que dio lugar a una guerra a principios de los años 1990 que costó la vida a 30.000 personas.
Los armenios son cristianos, y están apoyados por Rusia, mientras que los azerbaiyanos, o azeríes, son musulmanes, y están apoyados por Turquía.
Esta última ya ha expresado públicamente su apoyo a Azerbaiyán, y en Europa han denunciado el envío de milicianos sirios de la zona que está controlada por los turcos en ese país.
Siria sufre una guerra civil en la cual Turquía ha intervenido, y ocupa una parte del territorio.
