El revólver, del tipo Lefaucheux, se encontraba oculto y escondido bajo un cajón y fue hallado al limpiar en profundidad el armario, según informaron fuentes policiales.
La Policía se hizo cargo del arma e inició una investigación en la que pudo constatar que se trataba de un Lefaucheux, el primer revólver en contar con cartuchos metálicos individuales que se introducían uno a uno en un cilindro rotatorio y cuya historia se inicia en 1860.
Según las averiguaciones policiales, el objeto perteneció a un militar y, tras ir falleciendo los familiares del propietario, fue cayendo en el olvido oculto en un armario que se fue trasladando a diversos domicilios, y fue pasando por distintos propietarios hasta terminar en la casa donde fue hallado hace unos días.
Según la Policía se trata de "una pieza digna de un museo por su antigüedad y rareza".
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Este revólver, patentado alrededor de 1850, revolucionó en su día las armas de fuego cortas al permitir realizar disparos de manera continua, recargando muy rápidamente los cartuchos, sin necesidad de introducir pólvora por el cañón.
Fue ampliamente utilizado entre 1860 y 1880, siendo incluso arma de dotación del Ejército español.
A partir de 1880 cayó en desuso debido a la aparición de modelos más evolucionados técnicamente.
