El comandante de los bomberos Florent Dossetti insistió este sábado a los medios en que, aunque el fuego no avanza, "no está controlado" y hoy se va a continuar trabajando para estabilizarlo en un perímetro de unos 90 kilómetros.
De los cerca de 1.200 hombres que han estado trabajando en los últimos días se ha pasado a unos 850 ahora para poder aumentar los efectivos si fuera necesario teniendo en cuenta las previsiones meteorológicas.
Se espera que el viento se vuelva a reforzar un poco esta tarde pero sobre todo mañana, cuando se calcula que habrá ráfagas de unos 50 kilómetros por hora y temperaturas muy elevadas, en torno a 35 grados, que podrían ayudar a que se reaviven algunos focos.
Dos personas murieron a causa del que se considera el incendio más importante del verano en Francia. Sus cuerpos sin vida se encontraron en una vivienda calcinada en una zona boscosa del municipio de Grimaud. Además, siete bomberos y otras 26 personas resultaron heridos leves. Decenas de casas y diversas infraestructuras han quedado destruidas.
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El fuego comenzó el lunes a última hora de la tarde en un área de autopista del municipio de Gonfaron y en los días siguientes se propagó por el macizo de los Moros en dirección del golfo de Saint Tropez. Según los primeros elementos de la investigación, su origen parece estar en una colilla.
La Federación Nacional de Bomberos (FNSPF) ha pedido un endurecimiento de las penas y de las multas para los causantes voluntarios o involuntarios de estos siniestros, tras recordar que lanzar una colilla sin intención de provocar un incendio solo supone una sanción de 135 euros.
La Prefectura del departamento de Var subrayó en su cuenta de Twitter que persiste el riesgo de incendios en todos los macizos forestales y por eso está completamente prohibido acceder a ellos este fin de semana.
