Rayan cayó accidentalmente el martes por la noche en el pozo seco de 32 metros de profundidad, estrecho y de difícil acceso, excavado en las inmediaciones de su casa en una aldea cercana a la localidad de Bab Berred, en el norte de Marruecos.
“En un momento de inatención, el pequeño cayó en el pozo que estaba preparando. No pude cerrar el ojo en toda la noche”, declaró el padre de Rayan al sitio de información local Le360.

Según la agencia de noticias MAP, los rescatistas pudieron suministrar al niño “agua y oxígeno a través de tubos”.
Los equipos de rescate, movilizados desde hace más de 24 horas, no pudieron bajar directamente al pozo porque “su diametro es inferior a 45 centímetros”, indicó Abdelhabi Temrani, responsable de las operaciones, a la televisión pública Al Oula.
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Cinco excavadoras desplegadas en el lugar comenzaron a cavar en paralelo al pozo. “Los trabajos de excavación alcanzaron una profundidad de más de 19 metros” , según las autoridades locales citadas por la agencia MAP.
