En el paso fronterizo de la localidad rumana de Siret, los refugiados se encuentran con una cada más amplia red de acogida, en la que participan tanto las autoridades locales, como ONG y ciudadanos particulares.
LA SITUACIÓN VA A EMPEORAR
El presidente del país, Klaus Iohannis, advirtió hoy durante una visita a esta zona fronteriza que la situación humanitaria va a empeorar en los próximos días, y prometió que no se cerrará la puerta a los ucranianos, pero avisó también de que "hará falta mucha ayuda aquí, pero también en Ucrania".
El ritmo de llegadas a Rumanía se acelerado y en los dos últimos días han entrado al país casi 57.000 ucranianos, muchos de ellos tras haber pasado previamente por Moldavia, también fronteriza con Ucrania y otras de las principales vías de escape de la guerra.
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Desde que comenzó el ataque ruso, hace diez días, casi 200.000 personas que huyen de las tropas rusas han pasado ya por Rumanía, aunque más del 60 % de ellos han abandonado ya el país rumbo a otros destinos, principalmente en Europa central y occidental.
Emil Boc, ex primer ministro y presidente de la asociación de municipios, ha advertido en una entrevista con el portal Euractiv que, tras una primera oleada de refugiados con medios y recursos para continuar el viaje, llegará otra de ciudadanos más pobres y con menos posibilidades de abandonar Rumanía.
Por eso, pidió que el esfuerzo solidario que están mostrando los rumanos sea un maratón, y no un esprint.
Uno de los pilares de esa ayuda en Siret es el Magníficus Plaza, una sala de fiestas reconvertida en centro de atención a refugiados, donde se han alojado ya 1.500 personas.
"La gente llega, duerme una o dos noches y se va; ofrecemos también comida, y desde aquí salen autocares y microbuses hacia Alemania, Italia o España", cuenta a Efe Gianina Mandrila, una estudiante de Filología que trabaja estos días como voluntaria atendiendo a quienes huyen del ataque ruso.
Una de estas refugiadas es Eugenia Lastiuka, que residía hasta ahora en la ciudad de Chernivtsi, en el suroeste de Ucrania, junto a la frontera rumana.
Latiuska viaja con sus cuatro hijos y otros familiares y ha pasado una noche durmiendo sobre los colchones que ocupan ahora el lugar de las mesas en el salón de bodas.
"Queremos ir a España, a Madrid, donde vive y trabaja mi hermana", dice rodeada de sus hijos, menores de edad.
AYUDA DE EEUU A POLONIA
Mucha ayuda será también necesaria en Polonia, que está soportando la mayor parte del éxodo de refugiados.
A este país, socio de la UE y de la OTAN, al igual que Rumanía, han llegado ya 780.000 personas, más del 60 % de todos los que han escapado hasta ahora de Ucrania, según los datos actualizados hoy por ACNUR, el Alto Comisionado para la ONU para los Refugiados.
Sólo en la últimas 24 horas han cruzado la frontera más de 100.000 personas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció hoy desde Rzeszów, cerca de la frontera, que su país donará 2.750 millones de dólares en suministros humanitarios para los refugiados en Ucrania y Polonia, país del que alabó "su liderazgo y rapidez en responder a la crisis humanitaria".
Blinken calificó a Polonia de país "líder" en esta crisis, tanto por el apoyo a los refugiados como en materia defensiva.
A LA ESPERA DEL ALTO EL FUEGO
En cuánto aumentará el flujo de refugiados influirá si finalmente se crean corredores humanitarios por los que los civiles puedan escapar de zonas especialmente afectadas por al ataque ruso.
De momento, el alto el fuego anunciado por Moscú para permitir la evacuación de unas 200.000 personas de la ciudad de Mariúpol, asediada por las tropas de Rusia, parece haber quedado sin efecto.
El Ayuntamiento de la ciudad acusó a Rusia incumplir la tregua y de continuar sus bombardeos, mientras que Moscú responsabilizó a las fuerzas ucranianas que se defienden de la agresión.
La ruta elegida este sábado para la evacuación conectaba la ciudad costera de Mariúpol con Zaporiyia, unos 220 kilómetros al oeste.
El Ayuntamiento de Mariúpol advirtió ya el jueves que la ciudad estaba al borde de una "catástrofe humanitaria", sin suministro de electricidad, agua o calefacción debido a los constantes bombardeos del Ejército ruso.
