El portavoz de la organización, Hazem Qasem, rechazó "todas las formas de normalización con la ocupación israelí", y dijo que estas reuniones con el Estado judío "no sirven más que a la ocupación para perpetuar su agresión continua contra los palestinos y su tierra".
Ante ello, hizo un llamado a los países árabes "que firmaron pactos de normalización" con Israel "a que los reconsideren de acuerdo con los intereses de su pueblo y con la responsabilidad histórica de protección de Jerusalén y Palestina".
Con esta alusión, Hamás se refería a los Acuerdos de Abraham, que Emiratos, Baréin y Marruecos firmaron con Israel en 2020, bajo la promoción de la anterior Administración de EE.UU. de Donald Trump.
Según agregó Qasem, la Cumbre del Néguev, que dio comienzo esta noche y seguirá mañana en la localidad israelí de Sde Boker, se produce mientras los territorios palestinos están expuestos "a los peores tipos de asentamientos y a la judaización" israelí.
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Por otro lado, poco antes, Hamás celebró el "heroico ataque" que se produjo esta noche en el norte de Israel, donde dos israelíes murieron por disparos de dos atacantes, quiénes también perecieron tras ser abatidos por las fuerzas de seguridad. Pese a celebrarlo, Hamás no reivindicó la autoría de la agresión.
La Yihad Islámica, otra organización con fuerte presencia en Gaza, elogió también el ataque, aunque tampoco reclamó su responsabilidad.
Según el grupo, el incidente "se produjo en respuesta a la cumbre de humillación y vergüenza" organizada por Israel en el Néguev.
Si bien la identidad de los atacantes de hoy aún no fue confirmada oficialmente, medios locales informaron que serían palestinos con ciudadanía israelí que vivían en una ciudad cercana, y que podrían ser simpatizantes de Estado Islámico (EI).
Según el diario Haaretz, que cita a fuentes policiales, uno de los agresores habría intentado unirse al EI en el pasado.
De confirmarse, este sería el segundo ataque en menos de una semana perpetrado por árabes-israelíes, algo poco habitual.
El pasado lunes, un beduino residente del sur de Israel -al que también se asocia como simpatizante del EI- acuchilló y mató a cuatro civiles en la ciudad de Beersheva, en lo que representó el ataque más sangriento registrado en Israel en años.