El portavoz de la organización internacional, Stéphane Dujarric, destacó el incremento en los ataques contra civiles por parte de los grupos rebeldes nacionales Cooperativa de Desarrollo del Congo (CODECO) y Movimiento del 23 de Marzo (M23).
También dijo que la presencia de grupos armados rebeldes extranjeros, como las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), Red Tabara y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), siguen "representando una amenaza para la estabilidad regional".
Asimismo, aludió a informes que reflejan a un "creciente discurso de odio en el país contra comunidades particulares, incluyendo en el contexto del resurgimiento del M23", que ha sido clave en la reactivación del conflicto entre la RDC y Ruanda.
Este viernes los dos países intercambiaron nuevas acusaciones de agresiones en el territorio del otro y el Gobierno de RDC adjudicó a Ruanda un ataque sobre una escuela en el este del país y la muerte de dos niños, lo que calificó de "crimen de guerra".
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La ONU agradeció los esfuerzos de varios jefes de gobierno para intentar que los grupos se desarmen y aplaudió en concreto al presidente Félix Tshisekedi de la RDC, al presidente Uhuru Kenyatta de Kenia y el presidente João Lourenço de Angola.
El portavoz de la ONU agregó que la misión de paz de la ONU (MONUSCO) está trabajando con la oficina del enviado especial en la región de los Grandes Lagos para promocionar medidas no militares de desarme y para proteger a los civiles en los puntos más afectados por la violencia.
El este de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y los ataques del Ejército, pese a la presencia de la MONUSCO, que tiene más de 14.000 efectivos.