“Hoy nos ponemos la corbata porque nuestra forma de vestir y nuestro cuerpo solo nos pertenece a nosotras. Las mujeres estamos en política y, aunque a algunos les moleste, estamos para quedarnos”, dijo la presidenta del grupo de La Francia Insumisa (LFI), Mathilde Panot, una de las promotoras de este acto de protesta, que subió una foto en Twitter.
La irónica respuesta de este grupo, el tercero más numeroso de la Asamblea más fragmentada que se recuerda, sucede una semana después de que Eric Ciotti, uno de los diputados de derechas más influyentes, escribiese una carta a la presidenta de la Asamblea, que es por primera vez una mujer, Yael Braun-Pivet.
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En ella, Ciotti, representante del ala más dura del partido conservador, demandaba la instauración de la corbata obligatoria en los hombres -no en la mujeres-, y acusaba a los representantes de LFI de dañar la imagen del Parlamento por llevar “vestimentas cada vez más relajadas”.
Tras conocerse esa petición, Ciotti fue criticado por la izquierda, que le consideró demasiado “chapado a la antigua”.
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La legislatura que se inició en junio, resultado de las elecciones que arrebataron la mayoría absoluta al partido del presidente Emmanuel Macron, ha contado con varios momentos de tensión protagonizados sobre todo por LFI y los diputados ultraderechistas de la Agrupación Nacional, los segundos más numerosos en el hemiciclo.
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